viernes, 10 de agosto de 2018

Darwin Chávez VyR: Usos y abusos del atentado de la “suerte”

Darwin Chávez VyR: Usos y abusos del atentado de la “suerte”

 
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ATENTADO (I). Lo hemos dicho muchas veces en esta columna: la situación del país da para todo, incluso para lo impensable. Lo ocurrido el sábado 4 de agosto es una clara muestra de lo que mencionamos. Un país con pocas experiencias de ese tipo, ahora se ve envuelto en una discusión pública no sólo en relación con su origen, autoría y planificación; sino además sobre las secuelas del supuesto atentado. Afirmar que de verdad fue un atentado es una temeridad. Pero afirmar que fue un “falso positivo” también es otra temeridad. En una nación donde el gobierno ha invertido incontables recursos y mucho esfuerzo para destruir la autoestima y la confianza de la gente, es normal que exista desconfianza hacia la versión oficial sobre un hecho como ese. Este podría ser el gobierno con menor credibilidad de la historia del país, porque pocos creen cada una de las afirmaciones que hacen y sobre todo cuando agregan la pomposidad que les encanta en cada uno de sus show. Es tan grave la desconfianza hacia el régimen, que con algunos detalles se puede llegar fácilmente a la conclusión que se trató de un montaje, pero cuando analizas algunas evidencias mostradas por las autoridades puedes pensar que todo es real. No sólo es difícil llegar a la verdad en Venezuela, sino que es más difícil aún lograr que sea creíble. Si alegas que es real el atentado, eres un colaboracionista. Si dices que fue un montaje, eres parte de la conspiración. Pero hagamos un esfuerzo por analizar los hechos y sobre todo algunos cabos sueltos ¿A quién le convenía un suceso estrambótico que sirviera como mecanismo de distracción? Al gobierno ¿Por qué? Porque le permite tapar en la opinión pública tantos temas que son sensibles y que están en la calle ¿Un ejemplo? Sobran los problemas que preocupan al gobierno y que podrían desaparecer, o por lo menos reducir su exposición mediática, a raíz del supuesto atentado. No sé si lo han notado, pero la conflictividad social va en aumento. Todos los días hay protestas de varios tipos. Protestan los empleados del sector salud, protestan las comunidades porque no llega el agua o por lo apagones, protestan los “pobresores” universitarios por los sueldos que les pagan, protestan los trabajadores eléctricos exigiendo aumentos salariales y por condiciones laborales dignas y seguras; en finaquí se protesta por todo. Y tiene que ser así en un país que vive la peor crisis de su historia. En un pais sin comida, sin medicinas, sin asistencia social, sin servicios públicos eficientes, sin dinero en efectivo y sin gobernabilidad ¿A quién le interesa minimizar todos esos temas? Pues al gobierno (LEAhttp://verdadesyrumores.com/analisis-paiscrisis-distracciones-y-el-atentado/). Por eso los viejos temores sobre la probabilidad que el régimen apelara de pronto al viejo truco de un “falso positivo” que funcionara como distractor de los tantos padecimientos de los venezolanos, pero además de sus continuos errores. Lo normal era un impasse fronterizo, sobre todo con Colombia, para despertar el nacionalismo, llamar a la guerra, apabullar a todo aquel que objetara una acción bélica y así no sólo tapar temas en la opinión pública, sino también llamar a la unidad nacional en torno al gobierno y contra el agresor extranjero. Por eso las reiteradas advertencias sobre los preparativos que supuestamente se hacían desde Colombia para una incursión armada multinacional, para infiltrar supuestos guerrilleros y en fin cualquier cantidad de cuentos de caminos creados en las pérfidas mentes oficialistas. Pues no hubo una escaramuza militar con Colombia. De pronto fue que esa nación no pisó el peine, o que los estrategas oficiales creyeron que el daño colateral podía ser alto y no me refiero a vidas, sino a la posible revelación pública de las debilidades operativas de nuestra Fuerza Armada Nacional ¿Recuerdan cuando Chávez peleado con Uribe ordenó la movilización militar hacia la frontera? ¿Recuerdan que el método de comunicación de los militares eran sus celulares, porque no funcionaban los sistemas que para eso han sido comprados?En síntesis el más beneficiado con el affaire de los drones es el gobierno, que como era de esperarse le está tratando de exprimir todo el jugo a lo ocurrido. Y no podemos criticar que lo intente hacer, porque cualquiera que esté en el poder lo haría. Sin embargo, no importa todo el esfuerzo que haga el aparato de propaganda oficial, pues no logran un nivel alto de credibilidad hacia sus versiones de los hechos. Es un problema ya casi que genético en el venezolano: si el gobierno da una versión, la mayoría cree que es todo lo contrario. Pero como estamos en Venezuela cuando cualquiera está por asegurar que es un “falso positivo” aparece el opositor Salvatore Lucchese asumiendo un papel que ni siquiera el régimen le ha dado en medio del show ¿Ajá y entonces?A partir de ahí volvemos a la tarde del sábado a recomenzar la revisión y el análisis. Es un continuo Deja Vu. Pero hay unos detalles que resaltan en lo ocurrido ¿Por qué el gobierno hizo ese acto del aniversario de la Guardia Nacional en plena avenida Bolívar? ¿Por qué no lo hizo en Los Próceres? ¿Por qué un acto abierto cuando venía montando sus eventos en lugares cerrados y con acceso restringido? ¿Y por qué un acto para la GNB cuyo aniversario pocas veces tiene tanta exposición pública?Pero eso no es todo ¿Cómo es que con tan poco tiempo en VTV tenían listo una especie de documental sobre todos los magnicidios narrado en off por el Presidente?Y si de verdad el ex jefe de la Policía Municipal de San Diego, Salvatore Lucchese, es uno de los cerebros de la operación ¿Por qué lo dejan por fuera del show? En fin, dejemos los cabos sueltos y analicemos para qué otras cosas le sirve el atentado al gobierno. Ah se me olvidaba, como hombre de paz no creo en atentados, ni en nada que se le parezca. Además al presidente Maduro le deseo toda la salud del mundo para que pueda presenciar y vivir su obra.
ACUERDO. Es mucho más que obvio que hay un acuerdo entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello no sólo para controlar al PSUV, sino para controlar el país. Ese acuerdo fue evidente en el IV Congreso del PSUV. Silenció todas las críticas. Ya no hay alharacas de Elías Jaua, Freddy Bernal y otros. Sólo hay sumisión y unidad tal como analizamos en VyR (LEAhttp://verdadesyrumores.com/oficialismo-el-acuerdo-que-silencio-el-iv-congreso-del-psuv/). Pero no todo es color de rosa para el “Madurismo” porque el acuerdo y los plenos poderes que les confirieron tienen unas condiciones (LEAhttp://verdadesyrumores.com/conozca-las-letras-chiquitas-del-acuerdo-en-el-psuv/).
DAÑO. Terribles son las consecuencias que la inefable gestión de Willy Casanova al frente de la Alcaldía de Maracaibo le está ocasionando a la ciudad. Maracaibo es un total desastre. Es la ciudad de la basura. Es la ciudad de las moscas. Es la ciudad donde los semáforos no funcionan. Es la ciudad del caos vial. Es la ciudad de los huecos en la vialidad. Es la ciudad de la oscuridad total. Es la ciudad de las “perreras” y “chirrincheras” porque el transporte público desapareció. Es la ciudad de las plazas secas y sucias. Es una de las ciudades más tristes y castigadas por la crisis. Es la ciudad donde sus ciudadanos han perdido el optimismo y la esperanza de crecimiento. Y lo peor es que el burgomaestre no despierta del sueño de haber sido electo. Sigue celebrando el milagro. No se ocupa de la ciudad y se empeña en el Festival de la Orquidea y la Feria de la Chinita. No se ocupa de la ciudad y sale a amenazar que todo aquel que no tenga el Carnet de la Patria pagará la gasolina a precios internacionales. Ni siquiera se ocupa de parar el bochinche que hay en su gabinete de gobierno, que no gobierna. Plenamente de acuerdo con mi amigo Angel Monagas cuando afirmó que peor que un Alcalde malo, es un alcalde inútil.
ATENTADO (II). El supuesto atentado tiene dos utilidades para el gobierno. Una hacia adentro del oficialismo y otra hacia afuera de ese sector. A lo interno sirve para muchas cosas. La primera para demostrar valentía y control por parte del Presidente. El hecho que el primer mandatario permaneció de pie y hablando en la explosión, es un rasgo que el aparato de propaganda está explotando al máximo ¿Para quién es ese mensaje? Para la dirigencia y militancia del oficialismo. Se trata de demostrar que Maduro es el hombre fuerte. Que el verdadero radical y guerrero es él. Qué está por encima de cualquier conspiración. Con el show del atentado quieren reagrupar la unidad dentro del oficialismo. Que todos o por lo menos la mayoría que sufre la crisis, se olvide de sus penurias y que, rodilla en tierra, todos estén con Maduro. Ya ese efecto de unidad lo lograron en los asistentes al IV Congreso, pero el supuesto atentado les sirve para llegar a donde el efecto del acuerdo que le otorga plenos poderes a Maduro no podía llegar. El “Madurismo” ahora busca que en el oficialismo sólo se hable del atentado. Pero además lo ocurrido funcionaba para darle de comer a los radicales, para que logren saciar sus deseos de perseguir y encarcelar a los dirigentes de la oposición. Deja espacios para la venganza. Abre las puertas para la represión. Pero como alega por twitter un lector de esta columna, también dispara hacia el infinito el “costo de salida”. Eso no importa en este momento. Tienen que disfrutar y aprovechar el supuesto atentado. Sin hacer una medición, puedo asegurar que lo sucedido aumentó el apoyo interno hacia Maduro. Los atropellos de hoy no se olvidarán y pasarán a engrosar los voluminosos expedientes por violaciones a los derechos humanos. Pero eso no importa, lo importante para ellos en este momento es capitalizar el supuesto atentado.
ZULIA. Si Maracaibo está mal, el Zulia está peor. La gestión de Omar Prieto es pésima. De hecho no hay gestión. Un amigo que recién recorrió una parte del estado, me cuenta que la presencia de Prieto como Gobernador se limita a Maracaibo y San Francisco. No existe en el resto de la región. Aún están las vallas de la gestión de Pancho. Las reuniones de gabinete son un simple parte policial, con su acostumbrado preámbulo de oraciones cristianas, porque se diluye en asuntos de seguridad, aun cuando no hay seguridad. El desastre de OP no se nota tanto, porque carece de una oposición real que señale sus deficiencias. Pero el problema es tan evidente que en Caracas está muy mal evaluado. Hay gran decepción por su desempeño. Y Pancho está haciendo su trabajo de erosionar la imagen de Omar Prieto en el cogollo caraqueño.
LA MENTIRA. La crisis en el Sedemat de la Alcaldía de Maracaibo no solo es cultivo para problemas, molestia de los usuarios, sino también para crear mentiras que buscan justificar la pésima gerencia que acabó con un organismo que a pesar de las dificultades funcionaba y recaudaba los ingresos que tanto necesita el municipio. Con mentiras tratan de tapar sus errores. Comienzo a desmontar el engaño. El culpable principal sale recientemente en los medios anunciando un urgente y necesario censo de contribuyentes, alegando que esa base de datos está desactualizada desde hace 10 años, pero además asegura que estaba en cinco o seis sistemas distintos. Todo eso es falso ¿Por qué es mentira? Porque todos los años se hacía el censo para la actualización de la base de datos existente. Pero además esa data de contribuyentes sólo estaba en el sistema de recaudación, mientras que en el de inmuebles estaban los datos de propiedades. Pero a la normal necesidad de actualizar el registro de contribuyentes, ahora con el desastre actual del Sedemat se agregó otra urgencia ¿Cuál? Que tal como informamos hace pocas semanas, cuando los sesudos decidieron cambiar de sistema y migraron al parapeto actual, olvidaron un pequeño detalle: no guardaron la base de datos de los contribuyentes. O sea que toda la data que costó años y años armar, se perdió por la improvisación que reina en el Sedemat desde los inicios de esta gestión, si es que se puede llamar así ¿Le habrán informado al Alcalde de esa mortífera falla que cometieron?Si no sabes a quién le vas a cobrar ¿Cómo le cobras? Con el censo quieren tapar ese terrible pelón. Pero además hay otra mentira y es que en el Sedemat no había seis sistemas, sino tres: recaudación, inmuebles y el administrativo ¿Por qué tres y no uno como quiere imponer la actual gestión? Porque la lógica te indica que si te falla un sistema, no se paran los otros. Mientras que si todo está concentrado en un único sistema, cualquier falla paralizará todos los procesos y detiene el funcionamiento del organismo ¿Sabrá eso el culpable del desastre? Aunque él dice saber de todo, no creo que lo sepa ¿Por qué antes cualquier contribuyente ingresaba a la página web del Sedemat y pagaba? ¿Por qué ahora la página no funciona? Porque no saben lo que están haciendo. Se empeñan en hablar de futuro: vamos a recoger la basura, vamos a alumbrar, vamos, vamos, vamos y vamos: cuando tienen ocho meses en la Alcaldía de Maracaibo y no han hecho nada que valga la pena por la ciudad. Son malos para recaudar y malos para mentir. Señor Alcalde, vuelvo con la pregunta del trillón de bolívares devaluados ¿Cuándo pondrá orden en el Sedemat? Sus amigos lo están engañando y usted se está dejando engañar. Le siguen viendo la cara de pendejo.
ATENTADO (yIII). El affaire de los drones también tiene mucha utilidad a lo externo del oficialismo. Tal como mencionamos sirve para perseguir a la oposición. Funciona para hacer acusaciones selectivas. Y ahí está el ejemplo de la detención arbitraria del diputado Juan Requesens y de cómo funciona la justicia revolucionaria. Pero además sirve como golpe ejemplarizante para el opositor no partidista, ya que le envía señales sobre la invencibilidad del gobierno. Les dice: no importa lo que hagas o inventes, no saldremos del poder y sabemos lo que haces. Adicionalmente terminan de convertir a la Asamblea Nacional Constituyente en el tribunal de la inquisición. Hasta sirve para allanar la inmunidad parlamentaria. La ANC da para todo. El gobierno quiere que sólo se hable del atentado y sus consecuencias. Quieren que sea un tema de gran vigencia. Que no se hable de la crisis, ni del enredo de la reconversión, mucho menos del nuevo mercado paralelo oficial. Inclusive funciona como mecanismo de defensa porque les permite acusar a sus enemigos externos, en este caso a Colombia y EEUU. Pero además casualmente los financistas están en esas naciones. Sirve de alimento para que la izquierda internacional trasnochada acuse al imperialismo de querer acabar con la revolución bolivariana y con su líder Nicolás Maduro. Sin duda que el principal beneficiario del atentado es el gobierno, aunque eso no quiere decir que lo ocurrido fue un montaje. Es posible que pronto sabremos la verdad, aunque la velocidad de la dinámica venezolana arrolla los temas importantes con mucha facilidad.
MERCADO CAMBIARIO. Tal como lo habíamos venido presagiando en VyR, el gobierno comienza poco a poco a separarse del legado de Chávez. Una prueba más que evidente es la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios ¿Es la eliminación del control de cambio?No, pero es un paso importante en ese camino. Hay una flexibilización que podría funcionar ¿Funcionará el nuevo mercado cambiario paralelo oficial? Ahí está la gran duda porque el gran tenedor de dólares del país que es el gobierno no ofertará divisas, sino que todo se hará con dólares del sector privado¿Habrá una consistente oferta de dólares de los privados? Eso va a depender de varios factores. Primero, de la confianza que genere esta medida. Segundo, de la cantidad de información que el gobierno exija a los oferentes y a los demandantes. Y tercero, de la cotización. Si hay una buena oferta de dólares a un precio razonable, podría derrotar al mercado negro. Pero si por el contrario no hay mucha oferta y hay desconfianza, de nuevo ganará el mercado negro. Uno de los grandes desafíos de esta medida que forma parte del Programa de Recuperación y Prosperidad Económica es la poca confianza en el gobierno. Esperemos los resultados.
FLEXIBILIZACIÓN. Antes de la ola represiva por al supuesto atentado, la comunidad internacional había entrado en una etapa de calma y análisis sobre la situación venezolana. Se notaba una cierta flexibilización. Se preveía que incluso no le darían legitimidad a las decisiones de la ANC, pero tampoco las objetarían con vehemencia. Lo hemos dicho en múltiples ocasiones: la paciencia de la comunidad internacional con la oposición no es eterna, ni las sanciones son infinitas. Todo tiene un límite y sobre todo cuando algunas acciones tienen un daño colateral en la población. Es probable que la reacción oficial tras el presunto atentado cambie temporalmente dicha flexibilización.
INICIATIVA. Mientras el resto de la oposición se diluye entre azuzar y domar a sus demonios, llama la atención que el Partido Centro Democrático que lidera el médico y empresario, Carlos Alaimo, sigue en su campaña para que el Gobierno nacional indemnice a los suscriptores por las fallas eléctricas. Eso es hacer justicia porque ellos calculan que unos 800 mil hogares están sufriendo daños en sus electrodomésticos producto de los apagones y las fluctuaciones de tensión. Bajo el hashtag #melopagáis el PCD sigue creando los comités de usuarios para sustentar la demanda que piensan ejecutar para que Corpoelec haga la indemnización de todo aquel ciudadano que perdió su nevera o cualquier electrodoméstico en medio de la crisis eléctrica. Es importante que la oposición vuelva a la calle y no me refiero a masivas manifestaciones, sino para acompañar al ciudadano en sus problemas. No falta quien critique las acciones de Alaimo y el PCD, pero por lo menos están haciendo algo. Y como dice aquella vieja premisa: sólo se equivoca o acierta, el que hace algo.
HUELGA NACIONAL. La oposición agrupada en el llamado Frente Amplio sigue con la idea de organizar una huelga nacional, con el fin de presionar a la gestión de Maduro. Esa convocatoria de un paro nacional tendría éxito en la medida que la oposición construya el consenso con todos los actores nacionales que tendrían un rol en esa huelga. Pero aquí tiene mucha importancia la confianza que genere la oposición y la disposición de los sectores empresariales y sindicales de enfrentarse contra un régimen que no tiene recato alguno para castigar al que se le opone. En lo personal creo que el país está paralizándose poco a poco sin que nadie de la oposición lo promueva.
BANESCO. Sigue la venganza oficial contra este banco líder del sistema financiero nacional. Hay un excesivo interés por acorralar a la institución y a su dueño. Pareciera que buscan llevar el cerco al límite para obligar a que le vendan el banco al gobierno. Aquí hay algo muy claro, si hubiesen encontrado irregularidades en el primer lapso de intervención por 90 días, ya hubieran armado un show y quizás hasta hubiesen nacionalizado el banco alegando cualquier barbaridad.
DUDAS. La reconversión monetaria que debería entrar en vigencia el 20 de agosto amenaza con ser un enredo monumental. La primera causa del enredo será el cambio en los precios. Ese redondeo no está muy claro y eso ocasionará mucha confusión e incluso estafas con precios que no son los reales. Pero el problema mayor ocurrirá con la gasolina. Se habla que el precio quedará en unos 50 mil bolívares por litro y el gobierno no termina de aclarar u oficializar eso. Parece que ni siquiera ellos tienen claro eso. Pero además supongamos que ese sea el precio y que un tanque de 40 litros cueste 2 millonesde bolívares ¿Con qué efectivo el ciudadano pagará esa cantidad en una estación de servicio?Y si a eso le agregamos la amenaza que indica que sólo los portadores del Carnet de la Patria pagarán una gasolina subsidiada ¿Cómo harán esa separación  entre patriotas y apátridas en los expendios de combustible?A partir del 20-A viene un enredo tremendo en el país.
CONSEJO. Alcalde Willy Casanova le aconsejo que averigüe cual es el problema que existe entre el Sedemat y la Contraloría Municipal de Maracaibo. Le explico porque seguramente le van a mentir de nuevo. Una fuente de la CMM me informa que el Sedemat está en mora con la inclusión del nuevo personal y la declaración jurada de bienes de esos empleados. Me indican que por ley en un organismo que maneja dinero como ese, casi todo el personal debe hacer su declaración patrimonial, pero para eso la institución debe ingresarlos en el sistema y que estos puedan hacer ese trámite. La actual gestión aún no hace eso con todos los empleados que ingresaron desde enero ¿Cómo se justifica que estando en el mes ocho del año aún no cumplan con una obligación que debieron hacer casi que de inmediato? Las malas lenguas dicen que están más pendientes de sus lucrativos negocios en la Curva de Molina, que de las obligaciones del cargo en el Sedemat.
FIESTA. Me escribe un “patriota cooperante” desde la Oficina de Información del Poder Ejecutivo del estado Zulia (OIPEEZ) para describir lo que fue la fiesta para los periodistas que organizó la gestión de Omar Prieto: “Fue un peladero de chivos porque fueron pocos los que acudieron a la invitación. Se organizó un sarao para 300 invitados y aquello era un desierto. Se iban a rifar costosos obsequios, pero no se entregaron ni 15 premios. Aquello fue una fiesta que dejó mucho que desear. Ocurrieron muchas cosas raras. Había parejas muy disparejas. Hubo más disfraces y disfrazados de lo normal. El Gobernador debería pedir las cuentas de lo gastado”.


lunes, 6 de agosto de 2018

El filósofo-teólogo: Santo Tomás de Aquino: el PRECIO JUSTO


El filósofo-teólogo: Santo Tomás de Aquino
October 17, 2015
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) fue el más importante intelectual de la Alta Edad Media, el hombre que integró el sistema filosófico de Aristóteles, el concepto de la ley natural y la teología cristiana para forjar el “tomismo”, una asombrosa síntesis de filosofía, teología y ciencias humanas. Este joven italiano nació en la aristocracia, hijo de Landolfo, conde de Aquino en Rocca Seca en el reino de Nápoles. Estudió a temprana edad con los benedictinos y luego en la Universidad de Nápoles. A los 15 años, intentó entrar en la nueva orden de los dominicos, pero sus padres le impidieron físicamente hacerlo, manteniéndole encerrado durante dos años. Finalmente, Santo Tomás escapó, se unió a los dominicos y luego estudió en Colonia y finalmente en París y enseñó allí y en otros centros universitarios europeos. Aquino era tan corpulento que se decía que tenía que recortarse una gran sección de la mesa de comidas para que se pudiera sentar en ella. Aquino escribió numerosas obras, empezando por sus Comentarios a las sentencias de Pedro Lombardo en la década de 1250 y terminando con su magistral y enormemente influyente Summa Theologica en tres partes, escrita entre 1265 y 1273. Fue la Summa, más que ninguna otra obra, la que iba a establecer el tomismo como corriente principal de la teología escolástica católica para los próximos siglos.
Hasta hace poco, los estudios históricos sobre el precio justo empezaban normalmente con Santo Tomás, como si toda la discusión hubiera aparecido de repente en la rotunda persona de Santo Tomás, en el siglo XIII. Sin embargo hemos visto que Aquino Trabajó sobre una rica tradición canónica, románica y teológica. No sorprende que Aquino siguiera a su reverenciado maestro, San Alberto Magno, y los demás teólogos del siglo anterior al insistir en el precio justo para todos los intercambios y, descontento con el credo legista más liberal de la libre negociación hasta el supuesto punto de la laesio enormis, al afirmar que la ley divina, que debe imponerse sobre la ley humana, demanda una completa virtud o el precio justo preciso.
Por desgracia, al explicar el precio justo, Santo Tomás acumuló grandes problemas para el futuro al ser vago en cuál se supone que debería ser éste. Como fundador de un sistema basado en el gran Aristóteles, Aquino, siguiendo a su antecesor San Alberto, se sintió obligado a incorporar en su teoría el análisis aristotélico de los intercambios, con todas las ambigüedades y oscuridades que incluía. Santo Tomás fue claramente aristotélico en adoptar la postura mordaz de este último de que el determinante del valor de intercambio era la necesidad o utilidad de los consumidores, expresada en su demanda de productos. Y así, se reincorporó al pensamiento económico este aspecto protoaustriaco del valor basado en la demanda y utilidad. Por otro lado, fue redescubierta la postura errónea de Aristóteles del intercambio como “igualador” de valores, junto con la indescifrable relación zapatero-constructor. Por desgracia en el curso del Comentario a la Ética a Nicómaco de Aristóteles, Tomás siguió a San Alberto al parecer añadir a la utilidad, como determinante del valor de intercambio, el trabajo más los gastos. Esto dio pie a la posterior idea de que Santo Tomás había añadido a la teoría de la utilidad del valor de Aristóteles una teoría del coste de producción (trabajo más costes) o incluso reemplazado la teoría de la utilidad por una de costes. Algunos comentaristas han llegado a declarar que Aquino había adoptado un teoría del valor trabajo, ejemplificada en la famosa y triunfante frase del historiador socialista anglicano del siglo XX Richard Henry Tawney: “El verdadero legado de las doctrinas de Aquino es la teoría del valor trabajo. El último de sus discípulos es Kart Marx”.[1]
Ha llevado varias décadas a los historiadores recuperarse de la desastrosa interpretación de Tawney. En realidad, los escolásticos fueron pensadores sofisticados y economistas sociales que defendieron el comercio y el capitalismo y propugnaron el precio común del mercado como precio justo, con la excepción del problema de la usura. Incluso en la teoría del valor, la explicación de Aquino del trabajo más costes es una anomalía. Pues el trabajo más los costes (nunca sólo el trabajo) aparece sólo en el Comentario de Aquino y no en la Summa, su obra magna.[2] Además, hemos visto que el trabajo más los costes era una fórmula generalmente empleada en tiempo de Aquino para justificar los beneficios de los mercaderes más que como medio de determinar el valor económico. Por tanto es probable que Aquino estuviera usando el concepto en este sentido, apuntando el importante concepto de que un mercader que fracase en el largo plazo en cubrir sus costes y no genere beneficios se vería fuera del negocio.
Además hay muchos indicadores de que Aquino compartía la opinión común de los eclesiásticos de su tiempo y los anteriores de que el precio justo era el precio común del mercado. Sí es así, difícilmente podría defender también que el precio justo equivaliera al coste de producción, pues ambos pueden diferir y difieren. Así que su conclusión en la Summa era que “el valor de los bienes económicos es el que procede del uso humano y se mide con un precio monetario, para cuyo propósito se inventó el dinero”. Particularmente reveladora es una réplica que hizo Aquino ya en 1262 en una carta a Jacopo da Viterbo (¿?-1308), un profesor del monasterio dominico de Florencia y posteriormente arzobispo de Nápoles. En su carta, Aquino se refería al precio común del mercado como el precio normativo y justo con el que comparar otros contratos. Además, en la Summa, Aquino advierte la influencia de la oferta y la demanda en los precios. Una oferta más abundante en un lugar tenderá a bajar el precio en ese lugar y viceversa. Además, Santo Tomás describió sin condenar en absoluto las actividades de los mercaderes al obtener beneficios comprando bienes donde son abundantes y baratos y luego transportándolos y vendiéndolos en lugares donde son bienvenidos. Nada de esto se parece a una postura del coste de producción en el precio justo.
Finalmente, muy amable y oportunamente, Aquino, en su gran Summa, plantea una pregunta que ya había discutido Cicerón. Un mercader lleva grano a una zona azotada por una hambruna. Sabe que otros mercaderes le siguen con muchas más existencias de grano. ¿Está obligado el mercader a decir a los ciudadanos que sufren el hambre que los suministros llegarán pronto y por tanto soportar un precio inferior o está bien que guarde silencio y así obtenga las ganancias de un precio alto? Para Cicerón, el mercader está obligado a revelar su información y vender a un precio inferior. Pero Santo Tomás argumenta de forma distinta. Como la llegada de los posteriores mercaderes es un evento futuro y, por tanto, incierto, Aquino declaraba justo no obligarle a revelar a sus clientes la inminente llegada de sus competidores. Podía vender su propio grano al precio del mercado que prevalecía en esa zona, aun cuando éste fuera extremadamente alto. Por supuesto, continuaba Aquino amablemente, si el mercader quería decírselo de todas formas a sus clientes, eso sería especialmente virtuoso, pero la justicia no le obliga a hacerlo. No hay un ejemplo más claro de que Aquino optaba por el precio actual como precio justo, determinado por la oferta y la demanda, en lugar de por el coste de producción (que por supuesto no cambia mucho de la zona de abundancia a la de la hambruna).
Una evidencia indirecta es que Giles de Lessines (¿?-ca. 1304), discípulo de Alberto y Aquino y profesor dominico de teología en París, analizó el precio justo de forma similar y declaró directamente que era el precio común del mercado. Giles destacaba además que un bien vale realmente tanto como pueda pagarse por él sin coerción o fraude.
No debería sorprendernos que Aquino, al contrario que Aristóteles, fuera altamente favorable hacia las actividades de los mercaderes. El beneficio mercantil, declaraba, era un estipendio por el trabajo del mercader y un premio por asumir los riesgos del transporte. En un comentario a la Política de Aristóteles (1272), Aquino advierte agudamente que mayores riesgos en el transporte marítimo generaban mayores beneficios para los mercaderes. En su Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, escrito en la década de los 1250, Tomás seguía a teólogos precedentes al argumentar que los mercaderes podían realizar su comercio sin cometer pecado. Pero en su obra posterior fue mucho más positivo, apuntando que los mercaderes realizan la importante función de llevar bienes de donde son abundantes a donde son escasos.
Particularmente importante fue el breve apunte de Aquino de que del intercambio se deriva beneficio mutuo para cada persona. Como indicaba en la Summa: “comprar y vender parece haber sido instituido para el beneficio mutuo de ambas partes, pues uno necesita algo que pertenece a otro y viceversa”.
A partir de la teoría del dinero de Aristóteles, Aquino apuntaba su indispensabilidad como medio de intercambio, “medida” de expresión de valores y unidad de cuenta. Al contrario que Aristóteles, a Aquino no le asustaba la idea de un dinero fluctuando en el mercado. Por el contrario, Aquino entendía que el poder de compra del dinero estaba condenado a fluctuar y se contentaba con que fluctuase, como normalmente hacía, más establemente que los precios concretos.
Un peculiar destino de la prohibición de la usura en la Edad Media fue que cada vez que parecía que se afrontaba la realidad, los teóricos reforzaban la prohibición. En un momento en que el muy sofisticado y erudito Cardenal Ostiense buscaba aligerar la prohibición, San Tomás de Aquino desafortunadamente  la reforzó de nuevo. Igual que su maestro, San Alberno, el aquinate añadió la objeción aristotélica a la prohibición medieval de la usura, salvo que Santo Tomás incluyó algo nuevo. En la tradición medieval de empezar con la conclusión (aplastar la usura) y desarrollar cualquier argumento extraño a mano que pueda llevar a ella, Aquino da un nuevo giro a la doctrina aristotélica. En lugar de fijarse en la esterilidad del dinero como principal argumento contra la usura, Aquino se fija en el término “medida” y advierte que como el dinero, en términos monetarios, por supuesto, tiene un valor facial fijado legalmente, esto significa que la forma natural del dinero debe ser mantenerse fijo. El poder de compra puede fluctuar debido a cambios en la oferta de los bienes: eso es legítimo y natural. Pero cuando el tenedor del dinero se las arregla para producir variaciones en su valor cargando intereses, viola la naturaleza del dinero y es por tanto pecador e ignorante de la ley natural.
Que ese perfecto sinsentido rápidamente asumiera un lugar capital en todas las prohibiciones escolásticas posteriores de la usura es un testimonio de la forma en que la irracionalidad puede hacerse con el pensamientote incluso un tan gran defensor de la razón como Aquino (y sus seguidores). El por qué el valor facial de una moneda fijado legalmente debería significar que su valor de intercambio (al menos desde el lado del dinero) no debería cambiar o por qué la carga de intereses debería confundirse con un cambio en el poder de compra del dinero, simplemente testifica la propensión humana a la falacia, especialmente cuando la prohibición de la usura ya se ha convertido en el objetivo primordial.
Pero el argumento de Aquino contra la usura incluía otra invención suya. Para él, el dinero se “consume” totalmente, “desaparece” en el intercambio. Por tanto el uso del dinero equivale a su propiedad. Luego cuando alguien carga intereses en un préstamo, los carga dos veces, por el propio dinero y por su uso, aunque son uno y el mismo. Realzando esta extraña tesis está la explicación de Aquino de por qué era legítimo que el propietario de un dinero cargar rentas a alguien por guardar sus monedas. En ese caso, hay un depósito, un cargo por mantener seguro el dinero de alguien. Pero la razón por la que este cargo es lícito, para Aquino, es que la guarda de moneda es sólo un uso “secundario”, un uso separado de su propiedad, pues el dinero no se “consume” o desaparece en el proceso. El uso primario del dinero es desaparecer en la compra de bienes.
Hay muchos problemas graves con esta nueva arma inventada por Aquino con la que derrotar a la usura. Primero, ¿qué hay de malo en cobrar “dos veces”, por la propiedad y el uso? Segundo, incluso aunque sea malo, este acto difícilmente merece el peso del pecado y la excomunión que la Iglesia Católica ha cargado durante siglos al desventurado usurero. Y tercero, si Aquino hubiera mirado más allá del formalismo legal del dinero, podría haber visto que estos bienes comprados son en un sentido importante “fructíferos”, por lo que si el dinero “desaparecía” en las compras, en un sentido económico el equivalente en bienes del dinero era retenido por el prestatario.
La idea de Santo Tomás del consumo del dinero llevaba a un cambio curioso en la cuestión de la usura. En contraste con todos los teóricos desde Graciano, el pecado ahora residía no en cobra interés en un préstamo per se, sino sólo en un bien (el dinero) que desaparece. Por tanto, para Aquino, cargar un interés en un préstamo de bienes en especie no sería condenable como “usura”.
Pero si la prohibición de la usura sobre dinero se fortaleció con nuevos argumentos, Aquino continuó y reforzó la tradición previa de justificar las inversiones en una sociedad (societas). Una societas era lícita porque cada miembro retiene la propiedad de su dinero y asume el riesgo de pérdida, por tanto el beneficio sobre esas inversiones arriesgadas era legítimo. A finales del siglo XI, Ivo de Chartres ya había distinguido sumariamente una societas de un préstamo con usura y la distinción se desarrolló al principio del siglo XIII por el teólogo Roberto de Courçon (ca. 1204) y en la Glosa a Graciano de Juan Teutónico (1215). Courçon había dejado claro que incluso un socio no activo arriesgaba su capital en una empresa. Esto significaba, por supuesto, que otros tipos de participación no activa, como los préstamos marítimos para viajes concretos, se superpusieran a préstamos reales y que las líneas fueran a menudo difusas. Además, y era un problema que nadie podía resolver en ese momento, ¿no estaba cualquier prestamista arriesgando su capital, pues el prestatario siempre podía resultar ser incapaz de devolver el préstamo, incluso al principio de éste?
Aquino otorgó entonces su enorme autoridad a la opinión de que la societas era perfectamente lícita y no era usura. Declaró sucintamente que el inversor del dinero no transfiere su propiedad a un miembro activo, que la propiedad la retiene el inversor, así que arriesga su dinero y puede legítimamente obtener una ganancia por la inversión. Sin embargo, aquí el problema es que Aquino abandona en este caso su propia tesis de que la propiedad del dinero es lo mismo que su uso. Como el uso del dinero se transfería al miembro activo, por tanto, sobre la propia base de Santo Tomás, debería haber condenado todas las sociedades, incluida la societas, como ilícitas y usura. Viendo el mundo del siglo XIII en el que florecían las societas y eran esenciales para la vida comercial y económica, era impensable para Aquino llevar a la economía al caos, condenando este bien establecido instrumento de comercio y finanzas.
En lugar de asociar la propiedad con el uso de un bien consumible, Aquino aventura la idea de propiedad asociada a la incidencia del riesgo. El inversor arriesga su capital, por tanto retiene la propiedad de su inversión. Una salida aparentemente sensata, pero pobre: Aquino no sólo contradice así su propia extravagante teoría de la propiedad, también deja de advertir que, después de todo, no toda la propiedad tiene que ser particularmente arriesgada. Otro problema es que el que toma riesgos obtiene un beneficio de la inversión del dinero, que se supone que es estéril. En lugar de decir que todo el beneficio debería ir al miembro activo, Santo Tomás dice explícitamente que el capitalista recibe correctamente la “ganancia que viene de ahí”, es decir del uso de su dinero, “como de su propiedad”. Parece como si Santo Tomás tratara aquí al dinero como fértil y productivo, ofreciendo una remuneración independiente al capitalista.
Aún así, a pesar de las contradicciones internas que hay en el tratamiento de la usura y la societas en Santo Tomás, toda su doctrina siguió siendo dominante durante 200 años.
Finalmente, Aquino fue un firme creyente en el superioridad de la propiedad privada frente a la comunal y en la propiedad de los recursos. La propiedad privad se convierte en una característica necesaria del estado terrenal del hombre. Es la mejor garantía de una sociedad pacífica y ordenada y ofrece el máximo incentivo para el cuidado y el uso eficiente de la propiedad. Así, en la Summa, Santo Tomás escribe acertadamente: “todo hombre es más cuidadoso en procurarse lo que es para él, que lo que es común a muchos o a todos pues cada uno rehuiría el trabajo y dejaría a otro lo que concierna a la comunidad, como ocurre cuando hay un gran número de sirvientes”.
Además, al desarrollar la teoría legal romana de la adquisición, Aquino, anticipándose a la famosa teoría de John Locke, basó la adquisición original de la propiedad en dos factores básicos: trabajo y ocupación. El derecho inicial de toda persona es a la propiedad de sí mismo, en la opinión de Aquino en un “derecho de propiedad sobre sí mismo”. Esa autopropiedad individual se basa en la capacidad del hombre como ser racional.
Después, el cultivo y uso de terrenos previamente no utilizados establecen un título justo de propiedad en el terreno para un hombre por delante de otros. La teoría de la adquisición de Santo Tomás fue posteriormente aclarada y desarrollada por su alumno y discípulo cercano, Juan de París (Jean Quidort, ca. 1250-1306), miembro de la misma comunidad dominica de St. Jacques en París, igual que Aquino. Defendiendo el derecho absoluto a la propiedad privada, Quidort declaraba que la propiedad laica
la adquiere la gente individual a través de sus propias habilidades, trabajo y diligencia y los individuos, como individuos, tienen y derecho y poder sobre ella y un señoría válido; cada persona puede ordenar lo suyo y disponerlo, administrarlo, mantenerlo o enajenarlo a su conveniencia, siempre que no causa daño a nadie más, pues es señor de ella.
Esta teoría de la propiedad por “ocupación” se ha considerado por muchos historiadores como antecedente de la teoría marxista del valor trabajo. Pero esta opinión confunde dos cosas muy diferentes: la determinación del valor económico o precio de un bien y una decisión sobre cómo los recursos no usados pasan a manos privadas. La opinión de Aquino-Juan de París-Locke es la “teoría del trabajo” (definiendo “trabajo” como el gasto de energía humana en lugar de trabajar por un salario) del origen de la propiedad, no una teoría del valor trabajo.
En contraste con su antecesor Aristóteles, la obra de Aquino tiene poco que reprochar. Por el contrario, su obra es un tratado de ley positiva, natural y divina. Aquino es muy consciente de que Dios en la Biblia dio al hombre el dominio sobre toda la tierra para su uso. La función del hombre es tomar los materiales que provee la naturaleza y, descubriendo la ley natural, moldear la realidad para alcanzar sus propósitos. Aunque Aquino apenas tiene alguna concepción del crecimiento económico o la acumulación de capital, está claro que considera al hombre un moldeador activo de su vida. Desaparece el ideal pasivo griego de conformarse a las condiciones dadas o a las requerimientos de la polis.
Quizá la aportación más importante de Santo Tomás se refiere a los fundamentos o marco de la economía en lugar de a asuntos estrictamente económicos. Al revivir y trabajar sobre Aristóteles, Santo Tomás introdujo y estableció en el mundo cristiano una filosofía de la ley natural, una filosofía en la que la razón humana es capaz de conocer las verdades básicas del universo. En manos de Aquino, igual que en las de Aristóteles, la filosofía, con la razón como su instrumento de conocimiento, se convirtió de nuevo en la reina de las ciencias. La razón humana mostraba la realidad del universo y de la ley natural de las clases de entidades a descubrir. La razón humana podía conocer la naturaleza del mundo y por tanto la ética adecuada para la humanidad. Por tanto, la ética es descifrable por la razón. Esta tradición racionalista cortaba el “fideísmo” de la primera Iglesia Cristina, la debilitante idea de que sólo la fe y la revelación sobrenatural puede ofrecer una ética a la humanidad. Debilitante porque si se pierde la fe, entonces también se pierde la ética. Por el contrario, el tomismo demostraba que las leyes de la naturaleza, incluyendo la naturaleza de la humanidad, ofrecían los medios a la razón humana para descubrir una ética racional. Esto es, Dios creó las leyes naturales del universo, pero la comprensión de estas leyes naturales era posible, se creyera o no en Dios como creador. De esta forma se ofrecía una ética racional humana desde una base científica en lugar de sobrenatural.
En la parte de la teoría de la ley natural que se ocupa de los derechos, Santo Tomás lideró una vuelta del concepto del siglo XII de un derecho como una reclamación ante otros en lugar de una zona inviolable del derecho de propiedad del dominio de un individuo, para defenderse de todos los demás. En un brillante trabajo, el profesor Richard Tuck[3] apunta que la primera ley romana estaba marcada por un derecho de propiedad “activo”, una visión de dominio sobre los derechos, mientras que los romanistas de Bolonia a finales del siglo XII convirtieron el concepto de “derecho” al listado pasivo de reclamaciones sobre otros hombres. Este concepto de los derechos “pasivo” como opuesto al “activo” reflejaba la red de reclamaciones entremezcladas, consuetudinarias y de estado que marcaron la Edad Media. Es, en un sentido importante, la antecesora de la afirmación moderna de que esos “derechos reclamables” como “el derecho a un trabajo”, el “derecho a comer tres veces al día”, etc., todos los cuales sólo pueden cumplirse obligando a otros a obtenerlos.
Sin embargo, en la Bolonia del siglo XIII, Accursio empezó a volver a una teoría activa de los derechos de propiedad, con la propiedad de cada individuo como un dominio que debe ser defendido frente a todos los demás. Aquino adoptó la idea de un dominio natural aunque sin recorrer todo el camino hasta una genuina teoría de los derechos naturales, que afirme que la propiedad privada es natural y no una convención creada por la sociedad o el gobierno. Aquino fue a adoptar la teoría del dominio a causa de las encarnizadas batallas ideológicas entre dominicos y franciscanos a finales del siglo XIII. Los franciscanos, comprometidos con la total pobreza, afirmaban que su uso de subsistencia de los recursos no era realmente propiedad privada; esta agradable ficción les permitía afirmar que en su estado de pobreza voluntaria, estaban por encima de la posesión o la propiedad. Mantuvieron curiosamente que el uso de recursos sólo para consumo, como hacían ellos, no implicaba la posesión de propiedad. Supuestamente la venta o regalo de un recurso era necesario para calificarlo como propiedad. La autosuficiencia o el aislamiento no permiten, en la opinión franciscana, que exista la propiedad. Los dominicos rivales, incluyendo Aquino, comprensiblemente preocupados por esta afirmación, empezaron a insistir en que todo uso implica necesariamente dominio, posesión y control de los recursos y, por tanto, propiedad.

Publicado originalmente el 25 de diciembre de 2009. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
[1] Richard Henry Tawney, Religion and the Rise of Capitalism (Nueva York: Harcourt, Brace and World, 1937, orig. 1926), p. 36.
[2] Hay diputa entre los historiadores sobre cuándo se escribió el Comentario. La opinión tradicional de que se escribió en 1266 o incluso antes, implicaría la simple explicación de que las opiniones de Aquino habían madurado desde su cercana adhesión a su maestro, San Alberto. La opinión moderna de que el Comentario se escribió al tiempo que la Summa, deja intacta la anomalía.
[3] Richard Tuck, Natural Rights Theories: Their Origin and Development (Cambridge: Cambridge University Press, 1979).
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Por qué el nazismo era socialismo y por qué el socialismo es totalitario George Reisman • marzo 27, 2012

Por qué el nazismo era socialismo 

y por qué el socialismo es totalitario

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Mi propósito hoy son dos cosas principales: (1) Demostrar por qué la Alemania nazi era un estado socialista y no capitalista. Y (2) demostrar por qué el socialismo, entendido como un sistema económico basado en la propiedad pública de los medios de producción, requiere inevitablemente una dictadura totalitaria.
La identificación de la Alemania nazi como estado socialista fue una de las muchas grandes contribuciones de Ludwig von Mises.
Cuando uno recuerda que la palabra “nazi” era una abreviatura para “der Nationalsozialistische Deutsche Arbeiters Partei” (en traducción española Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes), la identificación de Mises no podría parecer tan notable. Pues ¿qué debería uno esperar como sistema económico de un país gobernado por un partido con “socialista” en su nombre salvo socialismo?
Sin embargo, aparte de Mises y sus lectores, prácticamente nadie piensa en la Alemania nazi como un estado socialista. Es mucho más común creer que representaba una forma de capitalismo, que es lo que han afirmado los comunistas y otros marxistas.
La base de la afirmación de que la Alemania nazi era capitalista era el hecho de que la mayoría de las industrias en la Alemania nazi aparentemente quedaban en manos privadas.
Lo que identificó Mises fue que la propiedad privada de los medios de producción existía solo nominalmente bajo los nazis y que la sustancia real de la propiedad de los medios de producción residía en el gobierno alemán. Pues era el gobierno alemán, y no los propietarios privados nominales, el que ejercía todos los poderes sustantivos de propiedad: él, no los propietarios privados, decidía que se iba a producir, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se iba a distribuir, así como los precios que se cobrarían y los salarios que se pagarían y qué dividendos u otras rentas se permitiría percibir a los propietarios privados nominales. La posición de los supuestos propietarios privados, como demostró Mises. se reducía esencialmente a la de pensionistas del gobierno.
La propiedad de hecho del gobierno de los medios de producción, como la llamaba Mises, estaba implícita lógicamente en principios colectivistas fundamentales adoptados por los nazis como que el bien común  está por encima del bien privado y que el individuo existe como medio para los fines del Estado. Si el individuo existe como medio para los fines del Estado, por supuesto, lo mismo pasa con la propiedad. Igual que lo posee el Estado, su propiedad también la posee el Estado.
Pero los que estableció concretamente el socialismo  de hecho en la Alemania nazi fue la introducción de los controles de precios y salarios en 1936. Se impusieron como respuesta a la inflación de la oferta monetaria llevada a cabo por el régimen desde el momento de su llegada al poder a principios de 1933. El régimen nazi infló la oferta monetaria como medio de financiar el enorme aumento en el gasto público que requerían sus programas de obras públicas, subvenciones y rearme. Los controles de precios y salarios se impusieron en respuesta al aumento de los precios que empezó a producir la inflación.
El efecto combinado de la inflación y los controles de precios y salarios es la escasez, es decir, una situación, en la que las cantidades de los bines que intenta comprar la gente exceden de las cantidades disponibles para comprar.
A su vez, las escaseces se convierten en caos económico. No es solo que los consumidores que aparecen en las tiendas antes están en disposición de comprar todas las existencias y dejar sin nada a los clientes que lleguen más tarde (una situación a la que los gobiernos normalmente responden con racionamiento). Las escaseces generan caos en todo el sistema económico. Introducen arbitrariedad en la distribución de suministros entre áreas geográficas, en la asignación de un factor de producción entre sus diferentes productos, en la asignación de trabajo y capital entre las distintas ramas del sistema económico.
A la vista de la combinación de controles de precios y escasez, el efecto de una disminución en la oferta de una cosa no es, como pasaría en un mercado libre, aumentar su precio e incrementar su rentabilidad, operando así para detener la disminución de la oferta o invertirla si ha ido demasiado lejos. Los controles de precios impiden el aumento en la oferta al reducir el precio y la rentabilidad. Cuando hay una escasez, el efecto de un aumento en la oferta es simplemente una reducción en la severidad de la escasez. Solo cuando se elimina totalmente la escasez, un aumento en la oferta necesita una disminución en el precio y genera una disminución en la rentabilidad.
Como consecuencia, la combinación de controles de precios y escasez hace posible movimientos aleatorios de la oferta sin ningún efecto en los precios y la rentabilidad. En esta situación, la producción de los bienes más triviales y poco importantes, incluso las mascotas de piedra, puede expandirse a costa de la producción de los bines más urgentemente necesitados e importantes, como medicinas que salven vidas, sin efecto en el precio o la rentabilidad e cada bien. Los controles de precios impedirían que la producción de medicinas se hiciera más rentable al disminuir su oferta, mientras que una escasez incluso de mascotas de piedra impediría que su producción se hiciera menos rentable al aumentar su oferta.
Como demostró Mises, para ocuparse de los efectos no pretendidos de sus controles de precios, el gobierno debe o bien abolir los controles de precios o añadir más medidas, como precisamente el control sobre lo que se está produciendo, en qué cantidad, por qué métodos y a quién se distribuye, a lo que me referí antes. la combinación de controles de precios con su mayor serie de controles constituye la socialización de hecho del sistema económico. Pues significa que el gobierno ejercita entonces todos los poderes sustantivos de propiedad.
Éste fue el socialismo instituido por los nazis. Y Mises lo llama el socialismo de patrón alemán o nazi, frente al socialismo más evidente de los soviético, al que llama socialismo de patrón ruso o bolchevique.
Por supuesto, el socialismo no acaba con el caos causado por la destrucción del sistema de precios. Y si se introduce sin la existencia previa de controles de precios, su efecto es iniciar el propio caos. Porque el socialismo no es realmente un sistema económico positivo. Es meramente la negación del capitalismo y su sistema de precios. Como tal, la naturaleza esencial del socialismo es una y la misma que el caos económico que resulta de la destrucción del sistema de precios por controles de salarios y precios. (Quiero apuntar que la imposición del socialismo del estilo bolchevique de un sistema de cuotas de producción, que incentiva siempre exceder la cuotas, es una fórmula segura para una escasez universal, igualo que la que existe bajo todos los controles de precios y salarios).
Como mucho, el socialismo simplemente cambia la dirección del caos. El control público sobre la producción puede hacer posible una mayor producción de algunos bienes de especial importancia para él, pero lo hace solo a costa de crear el caos en el resto del sistema económico. Esto pasa porque el gobierno no tiene forma de conocer los efectos en el resto del sistema económico de su aseguramiento de la producción de bienes a los que atribuye una importancia especial.
Los requisitos de aplicar un sistema de control de precios y salarios dan mucha luz sobre la naturaleza totalitaria del socialismo (por supuesto, más evidentemente en la variante alemana o nazi, pero también en la del socialismo al estilo soviético).
Podemos empezar por el hecho de que el interés propio de los vendedores que operan bajo controles de precios es evadir los controles de precios  y aumentar sus precios. Los compradores, incapaces de otra forma de obtener bienes, están dispuestos a pagar estos precios más altos como medio de de conseguir los bienes que quieren. En estas circunstancias, ¿qué va a impedir que aumenten los precios y se desarrolle un mercado negro masivo?
La respuesta es una combinación  de sanciones severas combinadas con una gran probabilidad de ser atrapado y luego sufrir realmente esas sanciones. Unas simples multas no es probable que supongan una gran disuasión. Se considerarían solo como un gasto de negocio adicional. Si el gobierno es serio respecto de los controles de precios, es necesario que imponga sanciones comparables a las de un delito grave.
Pero la mera existencia de dichas sanciones no basta. El gobierno tiene hacer realmente peligroso realizar transacciones en el mercado negro. Tiene que hacer que la gente tema realizar tales transacciones que pudieran ser descubiertas de algún modo por la policía y acaben realmente en prisión. Para crear ese miedo, el gobierno debe desarrollar un ejército de espías e informadores secretos. Por ejemplo, el gobierno debe hacer temer al vendedor y a los clientes que si realizan una transacción de mercado negro, algún otro cliente en la tienda pueda denunciarles.
A causa de la privacidad y secreto con que deben realizarse muchas transacciones del mercado negro, el gobierno debe asimismo hacer que todo el que vea una operación del mercado negro temeroso de que la otra parte resulte ser un agente policial tratando de encarcelarle. En gobierno debe hacer que la gente tema incluso a sus socios más veteranos, incluso a sus amigos y parientes, no sea que resulten ser informadores.
Y finalmente, para obtener condenas, el gobierno debe poner la decisión acerca de la inocencia o culpabilidad en el caso de las transacciones de mercado negro en manos de un tribunal administrativo o sus agentes de policía en el momento. No puede confiar en juicios con tribunales, porque es improbable que puedan encontrarse muchos jurados dispuestos a dar veredictos de culpabilidad en casos en el un hombre tenga que ir a la cárcel por muchos años por el delito de vender unas pocas libras de carne o un par de zapatos por el encima del precio máximo.
Por tanto, en resumen, los requisitos simplemente para aplicar las regulaciones de control de precios son la adopción de las características esenciales de un estado totalitario, es decir, el establecimiento de la categoría de “delitos económicos”, en la que la búsqueda pacífica del interés propio se considera un delito criminal, y el establecimiento de un aparato policial totalitario lleno de espías e informadores y el poder de un arresto y prisión arbitrarios.
Está claro que la aplicación de controles de precios requiere un gobierno similar al de la Alemania de Hitler o la Rusia de Stalin, en los que prácticamente cualquiera podía resultar ser un espía policial y en los que existe una policía secreta que tiene el poder de arrestar y encarcelar a la gente. Si el gobierno no está dispuesto a llegar tan lejos, entonces, hasta ese punto, sus controles de precios resultarán inaplicables y sencillamente no funcionarán. Entonces el mercado negro asume proporciones enormes. (Por cierto, que nada de esto sugiere que los controles de precios fueran la causa del reino de terror institutito por los nazis. Los nazis empezaron su reino de terror mucho antes de la aprobación de los controles de precios. Por consiguiente, aprobaron controles de precios en un entorno listo para su aplicación por la fuerza).
La actividad del mercado negro conlleva la comisión de más delitos. Bajo el socialismo de hecho, la producción y venta de bienes en el mercado negro conlleva el desafío de las regulaciones públicas respecto de la producción y distribución, así como el desafío a sus controles de precios. Por ejemplo, los propios bienes que se venden en el mercado negro pretendía el gobierno que se distribuyeran de acuerdo con su plan y no en el mercado negro. Los factores de producción utilizados para producir esos bienes igualmente pretendía el gobierno que se utilizaran de acuerdo con su plan y no para el fin de aprovisionar el mercado negro.
Bajo un sistema de socialismo de derecho, como el que existía en la Rusia soviética, en el que el código legal del país hace abierta y explícitamente al gobierno del país el propietario de todos los medios de producción, toda actividad de mercado negro conlleva necesariamente el uso indebido o el robo de la propiedad del estado. Por ejemplo, se consideraba que los trabajadores o directores de fábricas de la Rusia soviética que se llevaban productos que vendían en el mercado negro estaban robando las materias primas proporcionadas por el estado.
Además, en cualquier tipo de estado socialista, nazi o comunista, el plan económico del gobierno es parte de la ley suprema del territorio. Todos tenemos una buena idea de lo caótico que es el llamado proceso planificador del socialismo. Su mayor distorsión por trabajadores y directores drenando materiales y suministros para producir para le mercado negro, es algo a lo que un estado socialista está lógicamente autorizado a considerar como un acto de sabotaje de su plan económico nacional. Y como sabotaje es como lo considera cualquier código legal de un estado socialista. Coherentemente con este hecho, la actividad del mercado negro en un país socialista a menudo conlleva la pena capital.
Creo que un hecho fundamental que explica el reino absoluto de terror que se encuentra en el socialismo es el increíble dilema en el que se sitúa un estado socialista en relación con las masas de sus ciudadanos. Por un lado, asume una responsabilidad completa del bienestar económico individual. El socialismo al estilo ruso o bolchevique reconoce abiertamente esta responsabilidad: es la fuente principal de su atractivo popular. Por otro lado, de todas las formas que puedan imaginarse, un estado socialista resulta una chapuza increíble en esta tarea. Hace de la vida del individuo una pesadilla.
Todos los días de su vida, el ciudadano de un estado socialista debe gastar tiempo en colas de espera inacabables. Para él, los problemas que experimentaron los estadounidenses en relación con las escaseces de gasolina en la década de 1970 son normales, solo que no los experimenta en relación con la gasolina (pues no posee un coche y no tiene esperanza de tener nunca ninguno), sino en relación con las cosas sencillas de la vestimenta, de las verduras e incluso del pan. Aún peor es que se le obliga frecuentemente a trabajar en un empleo que no ha elegido y que por tanto debe indudablemente odiar. (Pues bajo la escasez, el gobierno decide la asignación del trabajo igual que hace con la asignación de los factores de producción). Y vive en una condición de increíble hacinamiento, que apenas deja posibilidades de privacidad. (A la vista de la escasez de vivienda, se asignan huéspedes a las casas; se obliga a las familias compartir pisos. Y se adopta un sistema de pasaportes y visados internos para limitar la severidad de la escasez de vivienda en las zonas más deseables del país). Por decirlo suavemente, una persona obligada a vivir en esas condiciones debe bullir de resentimiento y hostilidad.
Entonces, ¿contra quién sería más lógico que los ciudadanos de un estado socialista dirijan su resentimiento y hostilidad que contra el mismo estado socialista? El mismo estado socialista que ha proclamado su responsabilidad por su vida, le ha prometido una vida de felicidad y es de hecho responsable de una vida infernal. De hecho, los líderes de un estado socialista viven un dilema mayor, ya que cada día animan al pueblo a creer que el socialismo es un sistema perfecto, cuyos malos resultados solo pueden ser obra de gente malvada. Si eso fuera verdad, ¿quiénes podrían ser razonablemente esos hombres malvados, salvo los propios gobernantes, que no solo han hecho infernales sus vidas, sino que han pervertido un sistema supuestamente perfecto para hacerlo?
De esto se deduce que los gobernantes de un estado socialista deben vivir aterrorizando a la gente. Por la lógica de sus acciones y sus enseñanzas, el bullente resentimiento del pueblo puede hacerle levantarse y tragárselo en una orgía de sangrienta venganza. Los gobernantes sienten esto, incluso aunque no lo admitan abiertamente, y por tanto su mayor preocupación es siempre mantener a raya a la ciudadanía.
Consecuentemente, es verdad por muy inadecuado decir simplemente cosas como que al socialismo le falta la libertad de prensa y de expresión. Por supuesto, le faltan estas libertades. Si el gobierno posee todos los periódicos y editoriales, si decide para qué fines va a estar disponibles el papel, entonces evidentemente nada puede imprimirse que el gobierno no quiera que se imprima. Si posee todas las salas de reuniones, no puede realizarse ninguna conferencia o discurso público que el gobierno no quiera que se realice. Pero el socialismo va mucho más allá de la mera falta de libertad de prensa y expresión.
Un gobierno socialista aniquila totalmente estas libertades. Convierte a la prensa y a cualquier foro público en un vehículo de propaganda histérica en su favor y se dedica a la incansable persecución de todo el que se atreve a desviarse un centímetro de su línea oficial del partido.
La razón de estos hechos es el terror del pueblo de los gobernantes socialistas. Para protegerse, deben ordenar que el ministro de propaganda y la policía secreta trabajen constantemente. Uno, para desviar continuamente la atención del pueblo de la responsabilidad del socialismo, y de los gobernantes del socialismo, por la miseria del pueblo. La otra, para secuestrar y silenciar a cualquiera que pueda sugerir siquiera sea remotamente la responsabilidad del socialismo o de sus gobernantes (secuestrar a cualquiera que empiece a mostrar señales de pensar por sí mismo). Es a causa del terror de los gobernantes y su desesperada necesidad de encontrar cabezas de turco para los fracasos del socialismo, por lo que la prensa de un país socialista está siempre llena de historias acerca de conspiraciones y sabotajes extranjeros y acerca de la corrupción y mala dirección por parte de los oficiales subordinados y por lo que es necesario destapar periódicamente conspiraciones nacionales a gran escala y sacrificar a altos funcionarios y facciones completas en purgas gigantescas.
A causa de su terror y su desesperada necesidad de aplastar cualquier respiro incluso de una potencial oposición, los gobernantes del socialismo no se atreven a permitir ni siquiera actividades puramente culturales que no estén bajo el control del estado. Pues si la gente va a reunirse para un espectáculo artístico o un recital de poesía que no esté controlado por el estado, los gobernantes deben temer la diseminación de ideas peligrosas. Cualquier idea no autorizada es una idea peligrosa, porque puede llevar al pueblo a empezar a pensar por sí mismo y por tanto empezar a pensar acerca de la naturaleza del socialismo y sus gobernantes. Los gobernante debe temer la reunión espontánea de un puñado de personas en una sala y utilizar la policía secreta y su aparato de espías, informadores y terror o para detener esas reuniones o para asegurarse de que su contenido es completamente inocuo desde el punto de vista del estado.
El socialismo no puede prevalecer mucho tiempo excepto bajo el terror. Tan pronto como se relaja el terror, el resentimiento y la hostilidad empiezan lógicamente a brotar contra los gobernantes. Así que la situación esta lista para la revolución o la guerra civil. De hecho, en ausencia de terror o, más correctamente, de un suficiente grado de terror, el socialismo se caracterizaría por una serie inacabable de revoluciones y guerras civiles, ya que cada nuevo grupo de gobernantes resultarían tan incapaces de hacer que el socialismo funcionara con éxito como sus antecesores. La consecuencia inevitable a realizar es que el terror realmente experimentado en los países socialistas no era simplemente obra de hombres malvados, como Stalin, sino que deriva de la naturaleza del sistema socialista. Stalin podría pasar a primer plano porque su inusual voluntad y astucia en uso del terror eran las características concretas más necesarias para un gobernante socialista para mantenerse en el poder. Subió al poder por un proceso de selección natural socialista: la selección de los peores.
Tengo que advertir acerca de una posible mala comprensión respecto de mi tesis de que el socialismo es totalitario por su naturaleza. Esto afecta a los países supuestamente socialistas gobernados por socialdemócratas, como Suecia y los demás países escandinavos, que está claro que no son dictaduras totalitarias.
En esos casos, es necesario apreciar que al tiempo que estos países no son totalitarios, tampoco son socialistas. Sus partidos gobernantes pueden propugnar el socialismo como su filosofía o su objetivo último, pero no es el socialismo lo que han implantado en su sistema económico. Su sistema económico real es el de una economía intervenida de mercado, como la llamaba Mises. Aunque más intervenida que la nuestra en aspectos importantes, su sistema económico es esencialmente similar al nuestro, en que la fuerza motriz característica de la producción y la actividad económica no es el decreto del gobierno, sino la iniciativa de los propietarios privados motivada por la perspectiva de un beneficio privado.
La razón por la que los socialdemócratas no establecen el socialismo cuando llegan al poder es que no están dispuestos a hacer lo que hace falta. El establecimiento del socialismo como sistema económico requiere un acto masivo de robo (deben apropiarse los medios de producción de sus propietarios y entregarse al estado). Dicha apropiación es prácticamente seguro que provocaría una resistencia importante por parte de los propietarios, resistencia que solo puede superarse por el uso de fuerza masiva.
Los comunistas estaban y están dispuestos a aplicar dicha fuerza, como evidenciaba la Rusia soviética. Su carácter es el de los ladrones armados dispuestos a matar si es necesario para realizar el robo. Por el contrario, el carácter de los socialistas se parece más al de los rateros, que pueden hablar de dar un gran golpe algún día, pero en realidad no están dispuestos al homicidio necesario, así que renuncian ante la más mínima señal de resistencia seria.
Respecto de los nazis, generalmente no tenían que matar para incautarse de la propiedad de otros alemanes que no fueran judíos. Esto pasó porque, como hemos visto, establecieron el socialismo furtivamente, a través de controles de precios, que servían para mantener el disfraz externo y apariencia de propiedad privada. Los propietarios privados se veían así desprovistos de su propiedad sin saberlo y por tanto no sentían la necesidad de defenderla por la fuerza.
Creo haber demostrado que el socialismo (el socialismo real) es totalitario por su propia naturaleza.

En el momento actual en Estados Unidos no tenemos socialismo en ninguna forma. Y no tenemos una dictadura, no digamos una dictadura totalitaria.
Tampoco tenemos aún fascismo, aunque nos vayamos acercando a él. Entre los elementos esenciales que aún faltan están el gobierno del partido único y la censura. Seguimos teniendo libertad de expresión y prensa y elecciones libres, aunque ambas hayan sido socavadas y no puede garantizarse su pervivencia continua.
Lo que tenemos es una economía intervenida de mercado que está creciendo en su intervención  y que se caracteriza por una creciente pérdida de la libertad individual. El crecimiento de la intervención económica del gobierno es sinónimo de una pérdida de libertad individual porque significa iniciar cada vez más el uso de fuerza física para que la gente haga lo que no elige hacer voluntariamente o impedirle que haga lo que voluntariamente elige hacer.
Como el individuo es el mejor juez de sus propios intereses y al menos por lo general busca hacer lo que le interesa hacer y evitar lo que dañe sus intereses, de esto se deduce que cuando mayor sea el grado de intervención pública, mayor seré le grado en que se impide a los individuos hacer los que les beneficia y en su lugar se les obliga a hacer lo que les causa pérdidas.
Hoy en Estados Unidos, el gasto público federal, estatal y local suma casi la mitad de los ingresos monetarios de la porción de la ciudadanía que no trabaja para la administración. Quinces departamentos del gabinete federal y un número mucho mayor de agencias regulatorias federales, juntos, en la mayor parte con equivalente a nivel estatal y local, se entrometen regularmente en prácticamente todas las áreas de la vida del ciudadano individual. Se le grava, obliga y prohíbe de incontables maneras.
Los efectos de tal interferencia pública masiva son el desempleo, los precios al alza, la caída de los salarios reales, la necesidad de trabajar más y más duro y el crecimiento de la inseguridad económica. Otro efecto es el crecimiento de la ira y el resentimiento.
Aunque la política de intervencionismo del gobierno sea su objetivo lógico, la ira y el resentimiento que siente la gente normalmente se dirigen por el contrario contra los empresarios y los ricos. Es un error alimentado en su mayor parte por un establishment intelectual y medios de comunicación ignorantes y envidiosos.
Y de acuerdo con esta actitud, desde el colapso de la burbuja del mercado bursátil, que fue en realidad creado por la política de expansión del crédito de la Reserva Federal y luego pinchada por su abandono temporal de esa política, los fiscales públicos han adoptado lo que parece una política particularmente vengativa hacia ejecutivos culpables de falta de honradez financiera, como si sus acciones fueran responsables de las pérdidas extendidas que resultaron del colapso de la burbuja. Así, al antiguo jefe de una gran compañía de telecomunicaciones se le ha sentenciado recientemente a veinticinco años de prisión. Otros altos ejecutivos han sufrido sentencias similares.
Más inquietante es que el poder del gobierno para obtener simples acusaciones criminales se ha convertido en equivalente al poder de destruir una empresa, como ocurrió en el caso de Arthur Andersen, la principal empresa auditora. El uso amenazador de su poder fue entonces suficiente para obligar a las grandes empresas de correduría de seguros en Estados Unidos cambiaran sus directivas para satisfacer al Fiscal General del Estado de Nueva York. No hay forma de describir esas evoluciones que no sea que la condena y castigo sin juicio y la extorsión del gobierno. Son grandes pasos a lo largo de un camino muy peligroso.
Por suerte, sigue habiendo suficiente libertad en Estados Unidos como para reparar todo el daño que se ha hecho. En primer lugar está la libertad nombrarlo y denunciarlo.
Mas esencialmente, está la libertad de analizar y refutar la ideas que subyacen a las políticas destructivas que han sido adoptadas o pueden serlo. Y eso es lo que es crítico. Pues el factor fundamental que subyace en el intervencionismo y, por supuesto, también en el socialismo, ya sea nazi o comunista, no es sino las ideas erróneas, sobre todo, las ideas erróneas respecto de la economía y la filosofía.
Hay ahora un cuerpo extenso y creciente de literatura que presenta ideas sensatas en estos dos campos vitales. A mi juicio, los dos autores más importantes de esta literatura son Ludwig von Mises y Ayn Rand. Un conocimiento extenso de sus escritos es un requisito previo indispensable para tener éxito en la defensa de la libertad individual y el libre mercado.
Este instituto, el Instituto Ludwig von Mies, es el principal centro mundial para la divulgación de las ideas de Mises. Presente un flujo constante de análisis basados en sus ideas, análisis que aparecen en sus revistas académicas, sus libros y publicaciones y en sus artículos diarios de la web que se ocupan de los asuntos del momento. Enseña sus ideas y las ideas relacionadas de otros miembros de la Escuela Austriaca de economía a alumnos universitarios y a jóvenes profesores. Lo hace a través de Universidad de Verano de Mises, las Conferencias de Investigadores Austriacos y los distintos seminarios.
Dos formas muy importantes de luchar por la libertad son educarse hasta el punto de ser capaz de hablar tan elocuentemente en su defensa como lo hacen los investigadores asociados a este instituto o, si uno tiene el tiempo o la inclinación para hacerlo, apoyar financieramente al Instituto en su tarea vital en la medida en que se pueda.
Es posible invertir la corriente. No puede hacerlo una sola persona. Pero un número grande y creciente de gente, formada en la causa de la libertad económica y defendiendo y argumentando en su defensa siempre que sea posible, es capaz de formar gradualmente las actitudes de la cultura y por tanto de la naturaleza de su sistema político y económico.
Los que formáis esta audiencia ya estáis implicados en este gran trabajo. Espero que continuéis e intensifiquéis vuestro compromiso.
Publicado el 11 de noviembre de 2005. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.