miércoles, 23 de febrero de 2022

Aldo Mariátegui EFE ¿Por qué Iberoamérica es tan pendeja? 20-12-2021

 Aldo Mariátegui EFE

 

¿Por qué Iberoamérica es tan pendeja?


20-12-2021


El ultraizquierdista Gabriel Boric, presidente electo de Chile. 

¿Por qué Iberoamérica siempre estropea todo cuando ya está punto de pasar a otra etapa de desarrollo y desanda lo tan trabajosamente andado? ¿Por qué Chile acaba de elegir al activista izquierdista radical Gabriel Boric (¡su equivalente en España sería Iñigo Errejón, imagínense!) y decidió así echar por la borda tantas décadas de esfuerzo para ser el primero de la clase de Iberoamérica y arañar entrar al Primer Mundo?

¿Por qué un Chile que sufrió la traumática experiencia del calamitoso Gobierno marxista de Salvador Allende vuelve a emprender esa senda 51 años después? ¿De dónde viene este instinto suicida chileno?

¿Por qué Venezuela tiene más reservas de petróleo que Arabia Saudita (y con una ubicación mucho más cercana a los consumidores más importantes), gozó por años de los mayores precios internacionales del crudo y no solo no llegó a por lo menos a un desarrollo decoroso, sino que ha acabado siendo ahora un Estado fallido, casi africano, con más del 10% de su población emigrando en los últimos años?

¿Y por qué Argentina llegó a ser el séptimo país más rico del mundo, tener tres premios Nobel en Ciencias/Medicina y un nivel de vida superior al de muchos países europeos y ahora es un desastre patético?

¿Por qué Uruguay fue uno de los primeros países del mundo en tener un sólido Estado de Bienestar (se le llamaba "la Suiza de América") y ahora no es más que un muy pálido reflejo de ese pasado?

¿Por qué Argentina no fue Australia y Uruguay no fue Nueva Zelanda, si tienen tantas similitudes productivas? ¿Por qué Brasil nunca dejará de ser el eterno "país del futuro" y el Cristo del Corcovado seguirá con sus manos abiertas esperando aplaudir ese momento? ¿Por qué posiblemente vuelvan a elegir a un delincuente marxistoide como Lula (¡el gran aliado de la corrupta constructora Odebrecht!) en sus próximas elecciones?

¿Por qué México no se volvió una gigantesca potencia exportadora como la China actual cuando USA le abrió –en exclusiva– el mercado más grande del mundo con la firma del Tratado de Libre Comercio en 1992, un cliente colosal que tenía al costado y no cruzando el inmenso Océano Pacífico? ¿Por qué una mala copia del cómico Cantinflas, un demagogo tan simplón y barato como Andrés López Obrador, es hoy un tan popular presidente de México?

¿Por qué Cuba hoy es una cárcel misma, cuando en 1959 tenía el segundo mejor nivel de vida en Iberoamérica (su PIB era igual al español de esa época), siguiendo a la entonces riquísima Argentina? ¿Por qué Perú acaba de echar a la basura treinta años de sacrificios, que le trajeron mejoras económicas notables (la pobreza bajó del 54% en 2004 al 20% en 2020), y eligió a un balbuceante semianalfabeta ultraizquierdista como Castillo, un tipo que genera vergüenza ajena por su orfandad intelectual y su eterno sombrero?

¿Por qué Colombia tiene de vecino a un desastre como Venezuela, y sin embargo muy posiblemente elija al chavistoide Petro como su próximo presidente? ¿Por qué en Nicaragua permitieron con sus votos que subsista por tantos años el delincuencial sandinismo, que terminó siendo peor que el somocismo? ¿Por qué Bolivia persiste en esa idiota y falaz ideología socialista-indigenista?

¿Por qué por el momento solo algunos países pequeños –el siempre tranquilo Uruguay, la ya un tanto decadente Costa Rica y los pujantes Paraguay, Panamá y Rep. Dominicana– parecen ser los más estables y cuerdos de la región?

¿Por qué Iberoamérica es tan adicta al fracaso y a elegir cualquier cosa como presidentes y legisladores?

Esta elección en Chile, que era el mejorcito referente de la zona, ¿no refuerza la impresión de que Iberoamérica es un subcontinente que no tiene solución, que ya parece definitivamente condenado a exportar solo mano de obra barata, futbolistas y materias primas en general o miles de millones en fuga de capitales a Miami o Panamá en particular? ¿Qué vamos rumbo a ser una segunda URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Sudamericanas) más cutre, como bromean en la Red? ¿Hay más electarado que electorado en la región? ¿Iberoamérica es el mejor ejemplo de que el concepto oclocracia es absolutamente válido en Ciencias Políticas?

En palabras más rústicas… 

¿Por qué somos tan pendejos?



Aldo Mariátegui, periodista hispano-peruano.

jueves, 17 de febrero de 2022

Allí está la fuerza, pero desperdigada Opinión | febrero 16, 2022 | 6:30 am. Alternative Text Carlos Blanco

 

Allí está la fuerza, pero desperdigada

Opinión | febrero 16, 2022 | 6:30 am.

1. La inmensa mayoría quiere que Maduro y su régimen se vayan; pero los datos indican que los venezolanos están desconectados de la dirección política del país, lo cual incluye a la opositora. La conexión emocional que muchas veces hubo ya no existe; ese vínculo que va más allá de lo racional y que lleva a los seres humanos a las empresas más arriesgadas con la sola voz de los líderes, se disolvió. Ahora lo que predomina es el desagrado hacia los dirigentes y es tanto peor cuanto mayor fue la admiración en el pasado.

2. Observo las redes sociales y también las impresiones de quienes conozco: lo que antes fue fervor hacia determinados guías, ahora es hastío y amargura. Tal es el costo que pagan los que no cumplen su cometido. En otras latitudes el fracaso repetido conduce a la renuncia, al apartamiento, para darle tiempo al tiempo. Entre nosotros no es la conducta que predomina. La mayoría de los dirigentes actúa como si los fracasos fuesen responsabilidad de otros y nunca se sienten obligados a dar cuenta. Es natural que un jefe político se equivoque como cualquier ser humano, pero su responsabilidad es mayor porque esa equivocación impacta a muchos; lo que sugiere una revisión pública de por qué las cosas ocurrieron de un modo y no de otro. Eso no acontece entre nosotros.

Anuncios

3. El fracaso puede provenir de diferentes vertientes. La estrategia puede ser teóricamente correcta pero se sobrestima la fuerza propia o se subestima la del enemigo; pero también puede venir del voluntarismo (si yo quiero, puedo); o proviene de una profunda ignorancia histórica –que es lo que creo que le ocurre a la mayor parte de la dirigencia actual-, que impide conocer las pulsiones más profundas, de larga data, de una sociedad que se ha conformado por siglos.

4. Tengo la impresión de que esa desconexión va de la mano de otro sentimiento que noto –sin que tenga datos diferentes a los de la conversación cotidiana- que es el de la decepción hija del engaño. Se han planteado caminos, objetivos, estrategias, que han fallado en su objetivo esencial por lo que mucha, muchísima gente no perdona. Ha entregado su estabilidad laboral y familiar, sus bienes, su tranquilidad, y miles se cuentan entre perseguidos, exiliados, torturados y muertos. Millones los emigrados; millones los que siguen en Venezuela en medio de lazos rotos o maltrechos, y el resultado para todos contradice las expectativas.

Artículos DestacadosPIB en Venezuela “aumentaría 5,2% para este 2022”: Grupo financiero EmfiRusia ha enviado 7.000 nuevos soldados a la frontera ucraniana: EEUUMurió Chelique SarabiaConfirman 926 nuevos casos y ocho muertes por coronavirusLEER MÁSMaduro: Rusia cuenta con todo nuestro apoyo para disipar las amenazas de la OTANAbogados de Álex Saab se contradicen: Uno dice que es «diplomático leal» y el otro que es «fuente de la DEA»Confirman 926 nuevos casos y ocho muertespor coronavirusConfirman 926 nuevos casos y ocho muertes por coronavirus

Anuncios
5. Venezuela se convirtió en un país roto cuyas piezas no se han vuelto a ensamblar y, por el camino que se camina, no pareciera que puedan volverse a unir. A veces me parece que lo que vivimos es un enorme duelo que no cesa, de esos dolores que se ensanchan con su solo recuerdo. Más aún, los que vivimos en el país que se nos fue caemos en cuenta que no volverá y solo regresa en esos latigazos de remembranzas que asaltan un día tras otros. Era un país en que parecía que todo dependía de ti, de lo que hicieras o dejaras de hacer; el futuro era imaginable. Ahora, el futuro también emigró.

6. Esta situación puede tener una salida inesperada. Un cambio en la alineación de los astros; un acontecimiento singular que cambie el juego, de ese tipo de eventos que hace saltar por los aires la aparente estabilidad existente, donde aparecen dirigentes de la nada y se hunden los existentes, en la nada. Eso puede ocurrir, porque en la sociedad venezolana el magma subterráneo del descontento es fluido y ardiente, y puede abrir un cráter aquí o allá. Sin embargo, la probabilidad del evento singular es imposible, por su propia naturaleza, de pronosticar.

Anuncios

7. Frente a tal expectativa hay otra ruta que es la de dotar a la sociedad de una dirección política renovada. El método empleado hasta ahora dio resultados al comienzo de este régimen y durante años, pero ya no; consistía en agrupar, reagrupar, incluir, excluir, partidos y organizaciones sociales. Esas agrupaciones no tenían o perdieron en el camino la representatividad que se suponía ostentaban. La mano poderosa de los dueños de la oposición –en realidad una mano perversa y enclenque- coloca las fichas, las retira y las ubica, mientras sus artificios cambian de nombre con cada vuelta de la luna.

8. Ahora corresponde transitar otro sendero que es el de reconstituir la dirección democrática en un proceso popular. No se trata de elecciones primarias, pues estas sugieren la nominación de un dirigente para unas elecciones inexistentes (¡se agita el fantasma del 2024!), sino de un tipo de consulta nacional, sin el bandidaje electoral del régimen, con supervisión y reglas acordadas entre los participantes, con compromisos claros, que permitan constituir un actor nacional e internacional poderoso. Este proceso no incluye ni excluye a nadie a priori, sino que son los propios ciudadanos los que al participar, deciden. Desde luego, debería haber una supervisión eficiente y confiable para impedir que el régimen o sus testaferros influyan en el resultado de la consulta.

9. La dirección que así resulte contará con el legítimo mandato popular, inmediato y reciente, y no ese mandato que agoniza, prolongado en la cuarta dimensión, que emergió de las elecciones de 2015 (¡hace 7 años!) con la Asamblea Nacional. No es solo el resultado el que interesa sino el proceso de movilización por los equipos o individuos que deseen contarse en esa jornada.

10. Hay escepticismo y desinterés combinados ante esta necesidad, precisamente por las razones que apuntamos al inicio de estas líneas, pero es posible que no haya otra opción para agrupar fuerzas, generar atracción hacia nuevas ideas y confianza hacia nuevas estrategias que anclar la legitimidad en la participación ciudadana. Una vez que se comparta el propósito se buscará la manera de llevarlo a la práctica; pero hay que cooperar genuinamente para lograrlo. Tal vez sea la manera más expedita de salir del hoyo, salvo la aparición del cisne negro o del pájaro loco.