jueves, 21 de febrero de 2019

“No hay nada que negociar con Maduro”


malamud
El politólogo Andrés Malamud conversó con Resumen del Sur sobre la crisis en Venezuela. Con su habitual estilo filoso opina que “lo que pasa en Venezuela es un crimen a la vista de la humanidad” y considera que el pueblo venezolano tiene dos riesgos: Maduro y Donald Trump.
A su vez, considera que “Guaidó es de lo más moderado que le ha tocado a Venezuela en los últimos años” y reconoce que “no es optimista sobre el futuro del país suramericano“. “El mejor de los escenarios no es el más probable”, sostuvo.
 
¿No te parece que faltan mediadores en la situación venezolana?
Entiendo que puede haber amortiguadores, mediadores de ninguna manera. Es mediar entre el lobo y el cordero. Y el lobo lo que quiere hacer es comerse al cordero. Así que no tiene ningún sentido alguien que medie entre dos cuando uno de los dos está esperando que el mediador se vaya para comerse al otro. Y ya hubo pruebas de eso cada vez que hubo un intento de diálogo. El diálogo es casi imposible, no hay nada que negociar con Maduro. Una de dos: o Maduro gana o Maduro se va. Entonces, ¿dialogar qué?
Eso le da más centralidad a las Fuerzas Armadas..
El único árbitro son las Fuerzas Armadas Bolivarianas. No hay nadie más que pueda hacerlo, son los militares. Lo que pueden hacer los actores externos es cambiar la ecuación de los militares, cambiar los costos. Por ejemplo, aumentar los costos de quedarse y disminuir los costos de salir. No solamente de los militares, también de Maduro.
 
¿En qué sentido?
Aumentar los costos de quedarse es lo que está haciendo Estados Unidos con el embargo de las cuentas. Estados Unidos le sigue comprando petróleo, pero no le manda los dólares. Los dólares quedan embargados en bancos norteamericanos hasta que llegue un gobierno que sea considerado legítimo para Estados Unidos. Disminuir los costos de salida es un puente comunitario para que Maduro emigre pacíficamente a Cuba. Es decir, disminuir los costos de salida significa decirle al que está en el gobierno que no va a terminar muerto, ni preso. Que va a terminar exiliado y que se puede llevar algunos bienes. Esto es lo que probablemente se esté negociando ahora por abajo. No creo que con Maduro aunque sé que con Maduro también hay contactos. Lo que están tratando de hacer es que oficiales importantes de las Fuerzas Armadas entiendan que es en su beneficio deshacerse de Maduro.
 
¿Cuál sería el resultado de esa negociación?
El resultado sería que Maduro desaparece de la escena de manera pacífica y no violenta; que alguien se hace cargo del gobierno de transición; que ese alguien, en principio es Guaidó, pero no necesariamente es Guaidó. Puede ser alguien que sea de confianza de los militares y en común acuerdo con Guaidó se ponen de acuerdo para generar una estructura electoral, que requiere no menos de seis meses. Una Justicia electoral, un sistema electoral, la cuestión de las urnas, de los fiscales, de la formación, de la distribución, etc. Con observación internacional, esto no se puede hacer solamente en Venezuela. Pero Maduro acá es inviable. Es inviable el diálogo con Maduro, no quiero decir que Maduro necesariamente salga, él puede ganar. Lo que no es posible es negociar con él la presidencia. 
 
¿Quién puede ser el observador legitimado para garantizar una eventual transición sin sangre?
Eso lo tendrá que definir el que suceda a Maduro con Guaidó. El militar que se haga cargo de la transición con el líder de la oposición en este momento. Y digo militar porque sin duda el líder será militar. Pueden poner un fantoche pero me parece que eso no favorece el proceso de transición. Y el militar hoy es Vladimir, el ministro de defensa. Hace dos años habría sido Diosdado Cabello, que sería mucho peor porque es un extremista. Vladimir Padrino López parece ser un hombre más racional, más pragmático. Y por ahora, los costos no le convencieron de cambiar de posición.
Juan Guaidó integra Voluntad Popular que dentro de la Mesa de Unidad Democrática es de los espacios más radicalizados de la oposición. ¿Tiene claro la oposición que no sirve un liderazgo radicalizado?
Clarísima, y en parte por esto. Muchos caímos en la trampa de pensar que el partido era extremista. Y no, extremista era Leopoldo López con Corina Machado, que es todavía más radicalizada. Guaidó es lo más moderado que pisó Venezuela en los últimos 20 años. Y lo está diciendo claramente, lo primero que dijo es “amnistía”. Esto se resuelve sin Maduro, pero con el chavismo. Y se la pasa posteando fotos en las cuales tiene reuniones con ex ministros, intendentes, gobernadores y candidatos a presidente chavistas. ¿Qué más puede hacer para decirles, “miren, esto es con la Constitución de Chávez”? La Constitución que él reivindica es la Constitución de Hugo Chávez. ¿Qué más claro puede ser sobre la búsqueda de reconciliación?
 
¿Hay garantía de que no habrá una situación de revanchismo?
No, yo soy súper pesimista con Venezuela. Pero, súper pesimista. El mejor de los escenarios no es el más probable, que es una transición democrática como ocurrió en Túnez después de la primavera en el norte de África. Cualquier otro escenario es más probable. Incluyendo una guerra civil, que tampoco es demasiado probable. Los dos más factibles son: Zimbawe o Egipto, que para mí es el escenario más probable: una transición fallida que da lugar a una persistencia del régimen sin el dictador. Cambiar la cabeza, mantener el sistema, tornarlo más suave. 
 
Intercambiar piezas..
Hay una suavización del régimen. El régimen egipcio hoy es más suave que hace una década. Y es menos sultanístico, esto es fundamental. El régimen sultanistico, ¿en qué consiste? Es tan poco institucionalizado que el Jefe de Gobierno es el dueño. Entonces, esto pasaba en Dominicana, donde Trujillo hizo brigadier o mariscal a su hijo a los 9 años. 
 
¿Una cristalización de las Fuerzas Armadas tomando el control?
La cuestión es esta: si las Fuerzas Armadas todavía tienen capacidad institucional, más allá de su función de gobierno, esto favorece a la transición democrática. Si las Fuerzas Armadas están completamente cooptadas por el líder, mueren con él. Lo que pasó en Siria. Es una facción minoritaria del islamismo (los alawitas) que saben que, si cae el jefe, caen ellos también porque todos los demás se van a tomar venganza. Es una tribu, un clan. No está todavía claro cuan clan es el grupo de 500 generales que gobiernan Venezuela. Que son 2000 generales, pero 1500 son la periferia. Esos 500 son el círculo íntimo de Maduro. Tienen que ser ellos los que decidan si van a seguir con el Jefe a matar o morir. Porque esto es claro, pueden ganar. La transición acá está lejos de garantizada. 
 
¿Cómo ves la relación entre las organizaciones populares con la elite militar?
Lo novedoso de estas manifestaciones es que quebró los sectores populares y, por primera vez, bajaron de los cerros para acompañar a la oposición. Personas pobres que se reivindican como chavistas y no acompañan a Maduro. Al contrario, acompañan a Guaidó, en parte por las características personales y sociales de Guaidó, que no viene de la elite. Venezuela es un país híper violento, con 30 mil homicidios el año pasado. Es una de las tasas más altas del mundo en tiempos de paz. Probablemente la más alta. ¿Qué es lo que va pasar, qué tipo de enfrentamiento o qué tipo de aceptación? Depende de la capacidad negociadora y, sobre todo, de la ayuda humanitaria. Es preciso conocer gente de Venezuela para entender que profesores universitarios se desmayan de desnutrición, gente que yo conozco. Esto está pasando en Venezuela. Y esto significa que la gente no tiene mucho tiempo para estar protestando en las plazas porque están buscando comida y se están muriendo por falta de antibióticos. La situación de Venezuela es inimaginable en el continente americano. Esto pasaba en Haití y en Dominicana hace un siglo. Y pasaba en África subsahariana. Nunca había pasado en América del Sur. Y está pasando en el país con las mayores reservas de petróleo. Es un crimen a la vista de la humanidad.
 
¿La retórica violenta y belicista de Trump es funcional a Maduro?
Así es. Los demócratas de Venezuela enfrentan dos peligros: el primero es Maduro y el segundo es Trump. Eso lo tiene bastante claro también la UE que está a favor de la independencia interna y de la no intervención externa. Yo, viéndolo actuar a Trump, dudo que cometa el tremendo error de intervenir militarmente. Por dos razones: uno es el cálculo estratégico, y es que Venezuela tiene defensa militar; y el otro es que la experiencia de los últimos 20 años es que las intervenciones militares empeoran la situación, no la mejoran. Y hasta ahora, miren, lo que voy a decir es un sacrilegio. Pero la política exterior de Trump no fue peor que la de Obama. La política exterior de Obama generó los problemas de Siria y de Libia. La política exterior de Obama, salvo dos buenos puntos del acuerdo con Cuba y con Irán, fue mala, para ser suave. La política de Trump por ahora está siendo peligrosa, mediocre, juega en el límite. Pero, justamente, creo que jugar en el límite es su carta fuerte. Él aprieta, pero no ahorca. Esto es lo que quiero creer. Si después decide ahorcar me parece que lo que va a crear es una patada infernal en el hormiguero para toda América Latina.

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