¿CAPITULACIÓN UNIVERSAL?
Por: Alfredo Coronil
Hartmann
PanAm Post
Desde que empecé a leer
Historia, supongo que cuando dejé el biberón, porque no recuerdo haber hecho
otra cosa en estos excesivos 76 años de existencia, trataba de imaginarme que
sentirían los romanos que vivieron el fin del Imperio o los chinos ante las hordas
mongolas, es decir ante el colapso final de sus mundos, de sus maneras de
vivir, de comunicarse, de amar o de crear belleza, de respirar. Pero nunca
intuí que me tocaría vivir algo semejante, el solo pensarlo parecía
un juego de guerra o una disquisición intelectual algo ociosa.
Pero hoy, este
sábado lánguido de octubre del 2019, basta extender una mirada, elementalmente
lúcida -no se necesita ser politólogo- por el entorno, no solo
continental sino del globo todo, para tener la sensación profunda de que todo
se está yendo al basurero, al albañal.
Los vientos de fronda no
respetan poderes terrenales o espirituales; un viajero, que estuvo
recientemente en Roma, me comentaba que el Sínodo de la
Amazonía parecía una reunión del Foro de Sao Paulo; en Washington, el
emperador de opereta, drena sus molestias –siempre por twiter- mientras
abandona a sus aliados kurdos al arbitrio sangriento de Erdogan, empeñado al
parecer en reconstruir aquel Imperio otomano que por seiscientos años
dominó el Asia Menor y buena parte de la Europa Central, remedo muy pobre de
Solimán el Magnífico, este aspirante a Sultán de los dos Mundos ya
anuncia delirante que llegará a Damasco, y ¿por qué no? tiene un ejército de
primera clase, el mayor de la OTAN, después de los Estados Unidos y si nadie se
le opone…
El
inefable liderazgo político venezolano –es decir la supuesta
oposición democrática- establece nuevas cotas de torpeza y sumisión,
Colombia arriesga deplorablemente sus avances democráticos en un coqueteo
insensato con el caos. El ponderado y querido Chile pareciera deseoso de
inmolarse pese a los éxitos (impensables para quienes lo conocimos pobre y
escéptico de su futuro en la década de los sesenta) y suma ya diez y nueve
muertos, en poco más de una semana de locura.
Bolivia, Perú,
Ecuador, la Argentina pobre de cordura política, rica en todo lo demás. México
en manos de un estólido y absurdo AMLO, rindiéndole pleitesía al socialismo del
siglo XXI, el mismo que destruyó a Venezuela y se lleva en los cachos los menguados
restos de Nicaragua y Bolivia.
Hablar de Cuba es una
redundancia, sesenta años de vileza destruyen hasta esa bella isla, otrora
próspera y vital, hoy convertida en la quintaesencia de la manipulación y la
rapacidad, por cierto muy exitosa en su deletérea tarea.
Pero ante este Nuevo Mundo
volcado al desenfreno y al disparate, podríamos pensar recurrir a la sabiduría
y el ejemplo de la vieja Europa, a la Madre Patria, a aquella España en
cuyos dominios no se ponía el sol pero, en este caso, no fue que parió
la abuela, sino que enloqueció totalmente, empezando por los catalanes que
parecían los más serios. La pasión autodestructiva de los españoles, quienes
habían realizado el cuasi milagro de una transición , logrando pasar al lado
del millón de muertos de la Guerra Civil y de la eterna dictadura de Franco,
logrando pasar casi indemnes, gracias a la conjunción de un grupo esclarecido
de hombres y mujeres, con sentido de Estado y de Historia. Escogen al peor de
sus gobernantes, al que fracasó y destruyó la bonanza económica, al babieca de
José Luis Rodríguez Zapatero, como mentor y guía político de un PSOE estítico
intelectual, lamentable y torpe y van de idiotez en idiotez labrándose su
propia fosa y cometiendo la imbecilidad de intentar revivir a Franco, que si
les llega a salir ese muerto la carrera no se va a detener en Gibraltar.
Ah, pero La France, apenas
pasar los Pirineos, la Atenas de Europa, el faro cultural de Occidente, la
patria de Carlos Martel que derrotó la invasión árabe en Poitiers, la hija
primogénita de la Iglesia, gesta Dei per francos y todo aquello, La
Marsellesa que todo hombre libre no puede oír sin emocionarse, ahora
colonizada, usa babuchas, burkas y un trapero sucio. Gracias a unos cuantos
gobiernos socialistas y a un complejo de corrección política de sus
intelectuales de izquierda, que casi les costó la existencia en 1939,
paralizándola con un discurso pacifista a ultranza, frente al empuje belicista
del nazismo y que además la hizo sorda, frente a aquellos patriotas, como De Gaulle,
que se cansaron de advertir el peligro y las deficiencias de un aparato militar
obsoleto y una doctrina estratégica arcaica.
Alemania, el “coco” de
ayer, purulenta de una inmigración absurda y desbordada, rica en euros e
industrias, en el equilibrio precario de un espectro político menguado, la
señora Merkel en nada imita a Adenauer y el SPD patina y decrece
electoralmente, Billy Brand, Eber y su elenco se desdibujan. La patria de la
Reforma, parece resuelta a disolverse en el Islam. Pareciera que pasaron de
aquel irritante "Deutschland, Deutschland uber alles, uber
alles in der Welt", tan belicoso y tan nazi, a súcubos de
las mezquitas.
La estólida y formal
Inglaterra, tan seriecita, también posesa de locura, da traspiés y se enreda
lastimosamente, pareciera que su única imagen coherente, es la de la anciana
reina, sin Isabel II el Reino Unido parecería hoy un pub anarquizado ¡God save
the Queen!
Rusia, en manos de sus
mafias formadas por la KGB y China indetenible, en el rumbo fijado por Deng
Siao Ping pero hipertrofiado en el más salvaje capitalismo.
Ante este panorama ¿que
queda? cuales son o es, la alternativa o mejor 10dicho ¿hay alternativas? Yo no
logro verlas, hay que reinventar un mundo, uno que sea vivible, abierto,
tolerable y si no les parece frívolo, hasta con algo de buen gusto. Esa
reconstrucción tomará tiempo, vidas, esfuerzos, le tocará hacerla a los hoy muy
jóvenes y haciéndole una concesión al uso, será una tarea de la “derecha”; la
“izquierda” sirve para romper, pero no saben pegar dos ladrillos.
No he mencionado a Brasil,
allí podría darse la génesis de ese movimiento de salvamento, dependerá de
muchas cosas, entre ellas de la consistencia y proyección de sus actuales
gobernantes; ser estadistas es mucho más difícil que ganar elecciones, Dios los
ayude. Confío en las reservas morales y profesionales del Ejército chileno, en
el buen juicio de la clase dirigente colombiana, en que en los Estados Unidos
surja una dirigencia seria y digna de la gravitación histórica de ese gran
país, con una dirigencia política tan gris, plúmbea por decir lo menos.
No voy a decir nada de
Venezuela, entre otras razones, porque no sé si existe aún o qué queda de ella.
Dios le dio en exceso el más rico subsuelo de la tierra, un pueblo generoso y
abierto, inteligente, pero repito no estoy seguro de que aún exista como
nación.
El ser humano ama las
simplificaciones, quizá por flojera, pero -por lo pronto- sabemos que el
planeta, de la mano de un Santo y de un actor de westerns, San Juan Pablo II y
Ronald Reagan, dió un paso decisivo hacia la democracia y la paz. ¿Cual será el
legado de Francisco Iº y de Donald Trump... Está por saberse.
Ítaca 26 de octubre de
2019.
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