jueves, 24 de marzo de 2022

La llamada "normalización" Fernando Luis Egaña

 La llamada "normalización"


Fernando Luis Egaña


La "normalización" de la que se habla en Venezuela es un espejismo o más bien una estafa. Al menos con respecto a los cambios radicales que hacen falta para que la nación entre en un camino hacia la democracia política, la justicia social y la economía productiva real. 

 

En verdad, la "normalización" es que la hegemonía siga imperando con una dolarización a las patadas, con algunas burbujas de opulencia comercial, y con la misma retórica de siempre: pronto, pronto, las cosas cambiarán para mejor. 


En lo político, la "normalización" significa la aceptación del poder establecido, despótico por naturaleza, y habilidoso para repartir algo del botín y montar votaciones fraudulentas, aliñadas con "diálogos" inútiles; todo lo cual maquilla al régimen y ofrece guarimba a los sectores opositores que no quieren luchar por la democracia, pero que encubren su comodidad o su cobardía. 


En lo económico, la dolarización a las patadas, beneficia a la élite y empobrece, aún más, a la base social. Digamos las cosas por su nombre: quien tiene dólares, bien o mal habidos, aguanta y hasta prospera con los enchufes correspondientes. 

Quien no tiene dólares, o se come un cable o se lanza a la delincuencia. ¿O no?


En lo social, Venezuela padece una catástrofe humanitaria, imposible de superar con la llamada "normalización". Entre la intimidación o represión del poder, y el conformismo de muchos de los que están llamados a enfrentarlo, lo que se cultiva es un inmovilismo político, desconectado del rechazo y la protesta social. 


Si alguien duda, los millones de venezolanos que se van del país, debería ser una prueba suficiente. 


La llamada "normalización" es el continuismo del presente: despotismo y depredación. Esa no es la Venezuela que el pueblo necesita para salir adelante.

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