martes, 23 de septiembre de 2014

¿Sacudón?

Opinión
Eduardo Fernández
ND
 

¿Sacudón? 

En este mismo espacio sugerí la formación de un “gobierno nuevo”. Me refería específicamente a la necesidad de constatar la gravedad de la crisis. Venezuela está padeciendo una pentacrisis: política, económica, social, cultural y moral. Todos estamos conscientes de la gravedad de la situación menos el Gobierno.

Cuando el presidente Maduro anunció el “sacudón” tuve la ilusión de que por fin el alto Gobierno había tomado conciencia de la gravedad del momento y que tomarían las medidas adecuadas. El anuncio de los cambios, retrasado en varias oportunidades, terminó siendo el parto de los montes.

Son tres las cosas que tendría que cambiar el Gobierno y que no lo ha hecho: debe cambiar a los cuadros que tienen quince años gobernando y que han conducido al país a esta crítica situación que estamos padeciendo, a pesar de los inmensos recursos que han despilfarrado. No se trata de moverlos de un cargo a otro para que sigan con el mismo desastre. Se trata de buscar nueva gente competente y honesta.

Además hay que cambiar las políticas que se han ensayado durante los últimos quince años y que han conducido a este fracaso tan descomunal. ¿Cuánto tiempo más y cuánto sufrimiento más se necesita para que tomen conciencia de que el modelo socialista no funciona?

En tercer lugar, tienen que cambiar la manera de conducir al país. Desde hace quince años han sostenido una política de odio y de división. Es evidente que esa manera de gobernar no es la que más conviene al interés nacional.

John Kennedy dijo: “Usted puede ganar las elecciones con la mitad de los votos, pero no puede gobernar contra la mitad de los ciudadanos”.

El actual gobierno actúa, según el testimonio de todas las encuestas, contra el sentimiento y la opinión de la mayoría de los venezolanos. Pero no contento con eso se empeña en ofender y agredir a los líderes e integrantes de la mayoría.

Cipriano Castro llegó a Caracas en 1899 al frente de la Revolución Liberal Restauradora con una consigna que cobra absoluta vigencia en la Venezuela contemporánea: “Nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales”. Eso es exactamente lo que necesita el país en la coyuntura actual: “Nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales”.

Seguiremos conversando.

@efernandezve

domingo, 21 de septiembre de 2014

Buena pregunta....


Venezuela’s Crackdown on Opposition

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The Venezuelan government early this year responded to a wave of street protests by jailing opposition leaders, deploying the army against unarmed protesters and tightening control of the media. The deplorable tactics have largely driven an inspiring opposition movement underground, depriving Venezuelans of the right to challenge a leader who has put a once-prosperous nation on a perilous track.
The imprisonment and trial of an opposition leader, Leopoldo López, show how far President Nicolás Maduro is willing to go to stave off legitimate grievances in a country he and his predecessor, Hugo Chávez, mismanaged.Mr. López, a 43-year-old Harvard-educated politician, has been jailed since Feb. 18, when the authorities accused him of instigating violent demonstrations. Some 1,700 demonstrators are awaiting trial and more than 70 remain jailed.
Mr. López’s trial, which began in July, is a travesty. The indictment bizarrely contends that Mr. López, who peacefully called for Mr. Maduro’s resignation, incited violence through “subliminal” messages conveyed during public speeches demanding change that won him strong public support. The judge in the case approved more than 100 witnesses for the prosecution and rejected all but two defense witnesses. Mr. Maduro, who has called Mr. López an American pawn, has told reporters, “He has to pay, and he’s going to pay,” all but determining the outcome.
The human rights abuses and Venezuela’s ailing economy are an outgrowth of the political crisis that has gripped the country in the past decade. The socialist policies Mr. Chávez adopted after taking office in 1999 markedlyreduced poverty and expanded opportunities in a country with a long history of entrenched inequality. But his despotic governing style led the country down a dark path. And he drove out capital and talent bynationalizing key industries and asserting greater government control of the oil sector, the country’s economic engine. Insecurity and inflation soaredduring his years in power.
Mr. Maduro, lacking Mr. Chávez’s charisma and shrewd political instincts, has proved to be an even more dangerous and divisive leader. Venezuelans now suffer from shortages of basic commodities, including milk. Inflation surpassed 60 percent this summer. Leading economists have suggested that Venezuela, which has the world’s largest oil reserves, could default on its foreign debt this fall. Unable to reverse the decline, Mr. Maduro rails about foreign conspiracies and has throttled a once-free press. Several news organizations that used to be critical of the government have been forced by mysterious new owners to take pro-government stances.
Venezuela’s dismal state has alarmed its neighbors, but those with influence over Caracas have not wanted to appear to interfere with the internal affairs of others. The Maduro government’s abuses are dangerous for the region and certainly warrant strong criticism from Latin American leaders.
Next year, Venezuela is expected to get a seat for a two-year term on the United Nations Security Council, based on a rotation that countries from the region negotiated several years ago. This would give the Maduro government an important and prestigious appointment on a body that is expected to tackle critical issues, including the global response against fighters of the Islamic State. Colombia, Brazil and other Latin American countries should lead an effort to prevent Caracas from representing the region when it is fast becoming an embarrassment on the continent.

¡La Democracia no volverá!

opinión

Pedro Benítez

¡La Democracia no volverá! 

21 Septiembre, 2014
Con alguna frecuencia ciertos políticos y formadores de opinión pública se hacen eco desde el sector opositor de la consigna oficialista: “no volverán”. Cada vez que hacen el recuento del monumental fracaso que para el país ha constituido el proyecto político que arrancó en 1999 parece que primero deben empezar por pagar el peaje de criticar al régimen político surgido del Pacto de Punto Fijo. Y terminan siempre agregando como colofón que, si bien la experiencia chavista ha sido un desastre para Venezuela, hay que dejar muy claro que no podemos “volver al pasado que fracasó”. 
Vamos a estar claros: el “no volver al pasado que fracasó” es una referencia clara al régimen democrático que Venezuela vivió entre 1958 y 1998, el “no volverán” es con Acción Democrática y Copei, testimonios vivientes e incómodos de ese pasado democrático.
Así como luego de quince años, tres lustros, tres quinquenios, en el mismo espacio de tiempo de tres gobiernos de los anteriores, disponiendo de toda la capacidad institucional para tomar todas las decisiones, con el mayor ingreso petrolero de nuestra historia, suena insólito que todavía la actual clase gobernante se siga escudando en los errores del pasado, de igual formar es inverosímil que gente que uno presume de inteligente siga atrapada en el mismo despropósito.
Uno no sabe si esa insistencia se deba al temor que (dada como van las cosas en el oficialismo y en la oposición) termine llegando al poder un gobierno surgido de la filas de Acción Democrática o Copei. Cuando uno afirmaba eso hace sólo unos pocos años atrás muchos reaccionaban en son de burla, hoy día se persignan…porque saben que esa posibilidad es cada vez más probable.
El peso de las evidencias se ha encargado de reivindicar de a poco la obra de los gobiernos civiles surgidos de esos dos partidos. Hoy, para sorpresa de muchos, la nación subsiste (literalmente hablando) gracias a la obra que legaron esos gobiernos en todas las áreas. El peso de la evidencias es cada más inocultable.
Si hacemos esta reflexión no es por nostalgias del pasado, sino por la justa reivindicación de la Democracia como mejor forma de gobierno. Cada vez queda más claro que en el periodo de los gobiernos civiles de 1958 a 1998 se hizo y mucho, probablemente se pudo haber hecho más y mejor. Pero hasta ahora, ninguno de los gendarmes que ha padecido Venezuela ha podido superar a los gobiernos de la Democracia.
Entonces: ¿Fracasó la imperfecta Democracia en Venezuela? ¿Comparada con quién?
@PedroBenitezF

viernes, 12 de septiembre de 2014

RICARDO HAUSMANN: ¿Hará default Venezuela?

RICARDO HAUSMANN: ¿Hará default Venezuela?

 
 
 
 
 
 
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¿Hará default Venezuela?:
Los mercados temen que sí…


 
 *artículo de Hausmann por el que Maduro lo llama bandido y sicario financiero.
 El default puede producirse con distintos tipos de deuda, ya sean bonos, hipotecas o préstamos.
 A continuación el artículo de los economistas Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos que sirvió de base para que Maduro calificara a Hausmann de “bandido” y sicario financiero”.
Cambridge.- ¿Hará default Venezuela? Por esa razón, los bonos de la deuda externa venezolana rinden 11 puntos porcentuales más que los del Tesoro estadounidense, 12 veces más que los de México, 4 veces más que Nigeria y el doble de lo que paga Bolivia. En mayo pasado, Venezuela hizo una emisión “privada” por US$ 5.000 millones en bonos a 10 años con cupones del 6%. Para poder colocarla, tuvo que dar un descuento del 40% por lo que apenas recibió US$ 3.000 millones. La diferencia, US$2.000 millones, es la compensación que demandan los inversionistas por tomar el riesgo del país.
Se aproximan los primeros días de Octubre, en donde el Gobierno de Venezuela debe afrontar US$5.200 millones en pagos de servicio de deuda. ¿Pagará? ¿Tiene suficientes fondos líquidos? ¿Reunirá los fondos mediante una venta apresurada de CITGO, filial de PDVSA, la empresa petrolera estatal de Venezuela?
Es una buena pregunta. Otra pregunta diferente es si Venezuela debería pagar. Es cierto, qué deberían hacer los gobiernos no está totalmente divorciado de qué es lo que efectivamente harán, pues en general la gente hace lo que debe. Pero las preguntas que involucran “debe hacer” traen consigo juicios morales que no están presentes en las preguntas que involucran “hará”, y por eso suelen ser mucho más complejas.
Uno podría decir que siempre que se pueda cumplir con las obligaciones asumidas, eso es lo que se debería hacer. Es lo que la mayoría de los padres enseñan a sus hijos.
Pero el cálculo moral se complica cuando es imposible cumplir con todos los compromisos y se hace necesario decidir cuáles cumplir y cuáles no. Hasta ahora, bajo el ex Presidente Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, Venezuela ha optado por pagar religiosamente sus bonos de deuda externa, gran parte de los cuales están en manos de venezolanos ricos y bien relacionados.
Yordano, el popular cantante venezolano, probablemente tendría un orden de prioridades diferente. Diagnosticado con cáncer hace algunos meses, debió lanzar una campaña en las redes sociales para poder conseguir las medicinas necesarias para su tratamiento. La gran escasez de medicamentos y material quirúrgico en Venezuela es una consecuencia directa de un default de US$3.500 millones del gobierno con importadores de farmacéuticos.
Algo similar ocurre en el resto de la economía. Los retrasos con importadoras de alimentos alcanzan ya US$4.200 millones, lo que ha producido una grave escasez en productos de la canasta básica. En el sector automotriz, el incumplimiento supera los US$3.000 millones, lo que ha resultado en el colapso del transporte por falta de repuestos. A las aerolíneas se les deben otros US$3.700 millones, lo que ha llevado a varias a suspender sus vuelos y redujo la oferta de cupos en 50%.
En Venezuela, los importadores deben esperar seis meses luego de que sus productos pasan por la aduana para poder adquirir dólares previamente autorizados. Dado que el gobierno ha optado por incumplir estas obligaciones, muchos importadores han venido acumulando una abundante cantidad de moneda local. Durante un tiempo, la falta de acceso a divisas fue compensada con préstamos de proveedores extranjeros y casas matrices, pero las deudas acumuladas y las pérdidas debido a las sucesivas devaluaciones han acabado con su paciencia y cerrado el crédito.
La lista de defaults es interminable. Venezuela está también en mora con los proveedores, contratistas y socios en joint-ventures de PDVSA, con lo cual las exportaciones de petróleo han caído 45% en relación con 1997, y su producción apenas roza la mitad de lo que el plan de 2005 había previsto para 2012.
Más aún, el Banco Central de Venezuela también ha incumplido con su obligación de mantener estabilidad de precios, habiendo casi cuadruplicado el dinero en circulación en 24 meses, lo que ha hecho que el bolívar pierda el 90% de su valor en el mercado negro y que la tasa de inflación sea la más alta del mundo. Para colmo de males, el Banco Central también ha incumplido con su obligación de publicar la inflación y otras estadísticas esenciales.
Venezuela funciona con cuatro tipos de cambio, donde el más fuerte está 13 veces por encima del más débil. Así las cosas, no ha de sorprender que el arbitraje cambiario sea el negocio más rentable en el país, lo que ha impulsado la corrupción venezolana a las posiciones más altas del ránking mundial.
Todo este caos es consecuencia de un déficit fiscal colosal que ha sido cubierto a través de creación de dinero, represión financiera, endeudamiento y defaults – aún a pesar de la bonanza petrolera que se deriva de un precio del barril de US$ 100. El gobierno de Nicolás Maduro, en lugar de atacar las causas del problema, ha decidido complementar los controles cambiarios y de precios con el cierre de las fronteras y la colocación de lectores de huellas dactilares de los compradores, supuestamente para evitar el “acaparamiento”. Esto constituye una violación a las libertades más básicas de los venezolanos que no se observa en Bolivia, Ecuador y Nicaragua; tres países que presumen de una ideología similar pero mantienen un único tipo de cambio y una tasa de inflación de un dígito.
¿Debería Venezuela hacer default? Si las autoridades adoptaran políticas con sentido común y buscaran el apoyo del Fondo Monetario Internacional y otros prestamistas multilaterales, como lo suele hacer la mayoría de países en problemas, se le aconsejaría renegociar la deuda externa. De esa forma, el peso del ajuste se compartiría con otros acreedores, como ya ha ocurrido en Grecia, y la economía ganaría tiempo para recuperarse, particularmente en la medida que empiecen a madurar nuevas inversiones en las reservas petroleras más grandes del mundo. Los tenedores de bonos harían bien reemplazando sus papeles actuales por instrumentos de más largo plazo que se beneficiarían de la recuperación económica.
Nada de esto va a suceder bajo el mandato de Maduro, quien carece de la capacidad, capital político y voluntad para moverse en esa dirección. Pero el hecho de que su gobierno haya decidido incumplirle a los 30 millones de venezolanos para pagarle religiosamente a Wall Street no debe ser interpretado como una señal de rectitud moral. Es más bien una muestra de su decadencia moral.
*Ricardo Hausmann. Economista venezolano. Actual director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. (Ex ministro de planificación del último gobierno del ex presidente Carlos Andrés Pérez).

Por: Ricardo Hausmann
Miguel Ángel Santos
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jueves, 11 de Septiembre, 2014

lunes, 8 de septiembre de 2014

Las Verdades de Miguel - Edición N° 500

Miguel Salazar

migueleditor@lasverdadesdemiguel.net
+58-424-105.8948


Mi comentario de la semana
A Nicolás Maduro. Estoy condenado a ser un aguafiestas. Sus cambios en el tren de Gobierno, más que cambios son enroques que no llenan las expectativas del pueblo. Se nota muchísimo la existencia y el poder de las fracciones; sin embargo, usted está obligado, por encima de propios y extraños, a marcar el rumbo del país. O gobierna o se va; no hay otra opción. Usted debe cumplir con el papel de timonel que se le asignó la noche del 14 de abril de 2013. Digo esto porque cuando nos iniciamos hace más de 10 años como semanario, las voces agoreras pronosticaron que tan sólo llegaríamos cuando más a 5 ediciones, pues bien, a Dios gracias hemos arribado a la número 500. Algo parecido ha pasado con usted; cuando tan pronto ganó las elecciones, se creó una matriz que no le daba chance de llegar como primer mandatarioa 2015. Pues bien, va a concluir 2014 y usted ahí, bateado a placer, pero se mantiene en la lomita sin que se observe movimiento en el bullpen, aunque tengo la seguridad de que los conspiradores están en su propio dogout. En su equipo hay interesados en hacerlo aparecer errático y desprovisto de carácter. Reviso la historia y encuentro semejanzas entre el mandato de Rómulo Gallegos y el suyo. Gallegos tenía en Acción Democrática un partido anarquizado; en el PSUV, usted tiene un partido fraccionado y en peores condiciones que las enfrentadas por Gallegos con la AD de entonces.
Con usted ocurre lo que le ha pasado a  todos los anteriores inquilinos de Miraflores; ellos han sido expresión de una anatema que conlleva al desconocimiento de la realidad nacional. Se trata de un mundo de modelos desfigurados que afianzan una visión equivocada del acontecer nacional. Esos mandatarios sucumbieron ante los aduladores prestos siempre a fortalecer su engreimiento. Usted, camarada, no es ajeno a esa influencia perniciosa. Cuando comenzó su gobierno, yo suponía que vería nuevas caras, necesarias para oxigenar la revolución venezolana; no obstante, no se sabe quién lo convenció de que usted no era Nicolás Maduro, sino “el hijo de Chávez”; No hay manera de imaginármelo hechizado por un ánima que le indica cual camino debe recorrer; sin embargo, bajo ese hechizo, usted inició una ruta, por lo irreal, escabrosa, siguiendo las pautas de un legado que debe estar contenido en algún video perdido en quién sabe dónde. Para colmo de males, ahora ratifica un tren ministerial no apto para la responsabilidad que la circunstancia histórica reclama.
Se trata de un equipo (con sus excepciones) conformado con figuras muy jóvenes, además sin la capacidad y experiencia. Eso es muy grave porque sabemos que ambas son condiciones necesarias para desempeñar con éxito las difíciles tareas que se debe cumplir en el ejercicio de un cargo. Digamos que la juventud de su gobierno ha resultado un arma de doble filo y es una de las razones de la improvisación sobresaliente en todos los actos de su gestión. Tenemos el caso que materias tan importantes como la salud y la educación, han sido dejadas en manos inexpertas y hasta torpes a la hora de ejecutar las políticas que se supone deberían afianzar la revolución.
Compañero Presidente, son muy pocos los países del mundo que cuentan con un ingreso anual de 80 mil millones de dólares y nosotros contamos con ese privilegio; sin embargo, los adversarios lo advierten como una circunstancia fortuita. Entretanto, cuando se refieren a la súbita baja de las reservas no dicen que éstas han mermado para poder sostener una inversión multimillonaria de dólares anuales en la Misión Vivienda, así pagando una deuda social que estamos obligados a subsanar; sólo que se cometió el desliz de hacer ver la entrega de una vivienda como una expresión de gratuidad. Esta equivocación que responde a una óptica más que paternalista, contrarrevolucionaria, ha venido conformando una conducta distorsionada frente al gasto social.
Creo que ha llegado el momento de que usted asuma la responsabilidad de los errores cometidos, inclusive aquellos en los que haya incurrido su antecesor. No olvide que como usted y yo, Chávez fue un mortal y forzado por esa misma condición pudo haberse equivocado. Las misiones conformaron una manera de confrontar una emergencia, pero ya era hora de ir sistematizando sus logros para darle paso a la estructura que sostenga al proyecto revolucionario. La educación no tenía por qué quedarse en la razón propagandística de acabar con el analfabetismo, porque si por educación es, nuestro pueblo sigue estando en un nivel de analfabetismo funcional.
No se deje llevar por quienes demagógicamente proponen las comunas como una nueva forma política. Ese concepto hay que estudiarlo bien, de manera de diseñar una propuesta adaptada a nuestras necesidades de solidaridad y justicia. No olvide que las comunas ni siquiera en China han tenido éxito. En ese país que ahora se presenta en números como el fenómeno económico del siglo, el proletariado convive en medio de estrictas condiciones de precariedad, sin la esperanza de disfrutar la conquista de una calidad de vida por la que murió mucha gente al parecer inútilmente por los resultados alcanzados, porque se concluyó en unas mejoras ahora reservadas para una élite partidista que le ha dado un carácter imperial a la China Popular.
Nuestras relaciones internacionales han perdido su carácter estratégico.Recientemente, tras los hechos violentos generados en febrero y marzo pasado, mientras en el mundo los medios de comunicación nos confundían con Ucrania, no hubo un solo embajador nuestro que les saliera al paso. En el planeta estamos aislados simplemente porque tenemos una Cancillería con una mayoría diplomática escandalosamente aburguesada.
Compañero Presidente, usted debe revisar cuánto de conveniente tiene el control de cambio. Llevados por una ignorancia visceral, los recalcitrantes dicen que ese control evita la fuga de capitales. Sepa usted que en este mundo globalizado, las instituciones financieras internacionales, cuidándose del lavado de dinero y en atención a la legitimación de capitales, exigen información acerca del movimiento monetario de sus clientes. Si se quiere evitar la fuga de capitales, el control debe enfocarse drásticamente hacia la banca. Sé que no es fácil, pero tal como funciona hoy, el control de cambio ha sido favorable para los inescrupulosos que se llevan los dólares disfrazados en importaciones de bienes de consumo, o en el peor de los casos esos dólares son desviados hacia el mercado paralelo (en realidad mercado negro). Todos sabemos que esas operaciones son exclusivas de los corruptos engendrados en el propio seno financiero del Gobierno.
Camarada Presidente, la verdad nos arrolla, llamemos las cosas por su nombre, a usted le ha tocado asumir la conducción de un proceso profundamente marcado por las distorsiones y debe, en consecuencia, implementar y ejecutar los correctivos. En este país todo el mundo sabe dónde están los ladrones. No se necesita de mucho esfuerzo para detectarlos. Por todo ello, se requiere el rescate de la inteligencia y sus pesquisas; a ese sector hay que devolverle su verdadera función, porque si no, todo estará perdido.
Se habla y sentimos a diario la inseguridad. Otra vez, todos sabemos donde están las razones para que ella sea el pan de cada día. Por más que lo maquillemos con la Misión Barrio Tricolor y la Gran Misión Hijos de Venezuela, el rancho permanece, afianzando la conducta marginal. Si no erradicamos ambos absurdos, será muy poco lo que se pueda hacer en contra de la inseguridad. Por otra parte, el problema penitenciario debe ser asumido con valentía. No puede ser que sean los delincuentes “diplomados” como “privados de libertad” quienes dicten las pautas para la política carcelaria.
Compañero Presidente, este gobierno, nuestro gobierno, su gobierno, no puede aceptar la tortura. Hay serias denuncias acerca de los suplicios aplicados en determinadas prisiones por algunos cancerberos. De ser cierto lo denunciado, me parece una situación dolorosa y grave, porque si así ocurre entonces la necesidad de mantener a raya a los violentos (acto legítimo por demás), será una finalidad deformada.
Hace cierto tiempo, uno de esos adulantes que tanto abundan por acá, aseguraba que éramos el país con mayor índice de felicidad en América Latina y uno de los primeros del mundo entero. Vendrá una rebelión popular y entonces se dirá ¡Qué raro, si teníamos todo para ser felices! Pues bien, particularmente pienso que tenemos muy poco para poder serlo… con los problemas que nos agobian no tenemos por qué ser felices.
Camarada Presidente, la consigna de “¡Seremos un país potencia!”, expresada por el comandante frecuentemente con acento bíblico, hoy se exhibe como una promesa descorazonada. Me atrevo a pensar que si Chávez, en vez de morir de cáncer, hubiera perdurado, tal vez hoy, al percatarse de lo que ocurre, se habría reventado de la risa ante su delirio.
Apreciado compañero, estas reflexiones no vienen de un enemigo, no me tenga como tal. Para nada soy pro-imperialistaNo porque yo tenga una apreciación distinta a la suya, soy tal cosa. No soy ni golpista ni fascista. Es hora de que los errores cometidos dejen de achacarse al pasado.No se puede seguir echando mano a la ignorancia de las masas para ganar su simpatía.
Si el proceso revolucionario fracasa, lo triste sería que termináramos como víctimas de un gobierno criminal. Es necesario que todas estas cosas se aclaren, no quiero darle la razón a quienes piensan que este, nuestro gobierno, es el peor Gobierno que ha tenido nuestra historia republicana. Le confieso igual que no quisiera ser eliminado por los fascistas cuando no tengo otra arma diferente a mi pluma, y sobre todo porque tras el camino recorrido, llegado el caso, no voy a tomar la resolución de cambiar mi vida, congraciándome con el enemigo para sólo vivir unos años de más. Atentamente, su camarada y amigo Miguel Salazar

jueves, 4 de septiembre de 2014

Artículo de GUSTAVO CORONEL

Me parece interesante reproducir el artículo de GUSTAVO CORONEL publicado en Noticiero Digital, pues refleja el porqué de nuestra situación.

opinión

Carta a Nicolás Maduro sobre sus últimos rebuznos 

4 Septiembre, 2014
1. Primer rebuzno. Video donde Maduro felicita al malandro que sale de PDVSA para la cancillería. http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1050077
Maduro: La felicitación que le das a Ramírez, con tu acento cubano, se basa en que “Ramírez rescató a PDVSA de las garras de la meritocracia”. Eres tan ignorante que consideras la meritocracia como algo maligno. Meritocracia, Maduro, es el sistema de ascensos y promociones que depende de la competencia profesional, de la eficacia, de la eficiencia, de la honestidad. No el tipo de ascenso que tú tuviste, el cual se basó en haber sido el correveidile del fallecido sátrapa.
Ya estás listo para decir mañana: “¡Hemos vencido a quienes promueven la honestidad en la función pública!”. Por qué para ti, analfabeta funcional que eres, la meritocracia y la honestidad, son los grandes villanos, los grandes enemigos de tu régimen, un régimen celestino, nepótico, conchupante y más ladrón que ningún otro en la historia de nuestro país. Dígalo ahí Pedro Carreño, dígalo ahí El Aissami, díganlo ahí Nóbrega, Cabello, Ramírez, Adán y Eva.
2. Segundo gran rebuzno: tu discurso sobre la nueva ”filosofía” del estado ante los 38 ministros de tu “gobierno”.
Quisiste sonar como estadista y llevar tu “sacudón” más allá del juego de las sillas y hablas de las cinco revoluciones, otro bla bla bla más que aspira a reemplazar la toma de decisiones realmente importantes sobre la economía y la política venezolanas. Esta fue tu diarrea retórica, la cual acompaño con mis comentarios :
“Ha llegado la hora del sacudón”
Desde el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores comenzaste a hablar de algo llamado las cinco revoluciones. Dijiste que había que cambiarlo todo, rehacerlo todo y que tenía que iniciarse una nueva etapa de la revolución”.
Mi comentario: Esto es pura habladera de necedades puesto que no hablaste de nada en particular, solo esta generalidad sin sustancia. Decir que hay que rehacerlo todo es una admisión de que lo hecho no sirve, como, en efecto, no sirve.
Pasaste a definir las cinco grandes “revoluciones” que conforman el sacudón y “que servirán de motores para el avance de los próximos cinco años”.
1.- “La revolución económica, la Venezuela potencia…
Mi comentario: ¿Venezuela potencia? ¿De qué? ¿Potencia en corrupción, en ineptitud, en contrabando, en narcotráfico, en endeudamiento, en reposeros? ¿Dime en qué es una potencia esta Venezuela que ustedes han destruido? 
2.- “La segunda revolución… con un perfil propio, venezolano… una revolución del conocimiento, de la ciencia, de la revolución tecnológica”.
Mi comentario: ¿La revolución tecnológica? ¿Del conocimiento? Si tú – que juegas a ser presidente – no sabes dónde queda Portugal, si confundes el estetoscopio con el telescopio, si en el país no existe investigación científica, si las universidades están en la miseria, si los médicos que ustedes gradúan son unos ignorantes matasanos que no saben escribir una receta, ¿de qué revolución del conocimiento puedes estar hablando? 
3.- “La tercera… la revolución de las misiones socialistas… para construir el socialismo”.
Mi comentario: Las misiones están en bancarrota. Una mayoría de los módulos de Barrio Adentro están paralizados. Las misiones han fracasado porque eran una forma de hacer propaganda política y de ganar adeptos, pero ya la gente no cree en ellas, porque el dinero que ustedes hacían llover sobre la cabeza de los pobres para ganar sus lealtades se acabó. 
4.- “Una cuarta revolución, con un perfil muy claro, una revolución política del Estado. Después de estudiar todos estos elementos y escuchar tantas opiniones… se trata de … transformar todas las estructuras y los restos del Estado burgués y constituir un verdadero Estado popular, en manos del pueblo”.
Mi comentario: No me hagas reír con eso de transformar las estructuras del estado y de haber recibido tantas opiniones. ¿Con quién lo vas a hacer, si apenas queda a tu lado un pequeño grupo de ineptos y ladrones al cual rotas de un sitio a otro incesantemente, sin poder o querer hacer algo, sin tomar decisiones, sin iniciativas? Izarra, Villeguitas y el resto de los enanos de tu circo van alocadamente de un lado a otro como gallinas descabezadas. Di, ¿qué han hecho ustedes que no sea destruir? Si me dices que siguen los lineamientos del Plan de la Patria me reiré a carcajadas, porque nunca había leído algo tan ridículo como eso. Escribí un análisis de ese plan en seis artículos, en los cuales demuestro que es una bazofia. Ver el primero de ellos en http://www.lasarmasdecoronel.blogspot.com/2013/12/plan-de-la-patria-una-ley-ridicula-que.html . Los otros se pueden encontrar entre esta fecha, 25 de Diciembre y 30 de diciembre, 2013, en este blog:www.lasarmasdecoronel.blogspot.com.
5.- “Y la quinta revolución es la revolución… del socialismo territorial, de la construcción del socialismo en lo territorial que implica la reorganización de los servicios, que implica la consolidación del modelo comunal, de convivencia, de desarrollo, de vida, que implica que asumamos entre todos el nuevo modelo eco-socialismo”.
Mi comentario: ¿Y cuándo será esto? ¿Cómo vas a reorganizar los servicios? Y el modelo comunal, ¿con qué se come? ¿Cómo vas a obligar a 20 millones de venezolanos a adoptar lo que llamas el nuevo modelo de socialismo? ¿Cuál es ese modelo? Si ya Cuba viene de regreso de su trágico experimento. Ni Fidel Castro cree ya en estas pendejadas de comunas y socialismo. Dijo que “ni aquí en Cuba funciona el socialismo, que es lo mismo que comunismo”. La horrorosa realidad de tu régimen y el del difunto es que han derrochado la inmensa suma de $1.300.000.000.000 en los 15 años en que han estado poniendo la torta. Y hay que salir de Venezuela por peñero para Aruba y caerse a golpes por un pollo, no me embromen. 
3. Tercer gran rebuzno: “El modelo económico es exitoso”.
Dices tener la “certeza absoluta de que el modelo económico social del socialismo bolivariano es un modelo exitoso para dar justicia, para dar vida, para dar felicidad inclusive en la peores circunstancias y obstáculos”.
Mi comentario: ¿En qué país vives? Si la Venezuela que ustedes han creado está en la ruina. No le pagan a nadie, se fugan los capitales, confiscan industrias para quebrarlas, importan hasta el papel tualé, el país está aislado, han incurrido en cesación de pagos en algunos sectores, PDVSA está endeudada hasta el tuétano, las reservas internacionales tocan fondo, la deuda nacional es siete veces mayor que la que encontraron en 1999. Ustedes, te lo digo una vez más, ¡y las que faltan! son unos bandidos ineptos y corruptos. Ese modelo económico del cual hablas como exitoso es objeto del ridículo universal. 
Mira Maduro, debes renunciar y hacerles ese gran favor a los venezolanos. Eres un incompetente y un mitómano. Como hubiera dicho tu fallecido jefe: eres un ignorante Maduro, eres un donkey Maduro, eres una plasta Maduro.
Vete Maduro, mientras lo puedas hacer. Porque pronto te llegará el momento en que para ti no exista Miraflores, quien sabe si solo Ciliaflores.

lunes, 17 de marzo de 2014

"El Peine", artículo de Manuel Acedo Sucre

El peine

MANUEL ACEDO SUCRE |  EL UNIVERSAL
lunes 17 de marzo de 2014  12:00 AM
La receta no está mal. La inflación, la escasez y la inseguridad nos afectan a todos. El 80% de la población cree que el país está mal. Sin embargo, el país está partido en dos. Una mitad es chavista o ni-ni, o no se identifica con la oposición. La conclusión te agrede: hay que conquistar a esa mitad. ¿Cómo? Se cae de maduro: llevándola o acompañándola a que proteste pacíficamente contra obvio la inflación, la escasez y la inseguridad. ¿Para qué?, para lograr una mayoría determinante que no pueda desconocerse electoralmente. ¿Qué no se debe hacer? Antagonizar a esa mitad. ¿Cómo se la antagoniza? Con protestas violentas que subvierten el orden público y son rechazadas por esa mitad de la población que hay que conquistar. Al Gobierno le interesa la violencia para mantener de su lado a esa mitad. "No pisen ese peine", se nos dice. Regresemos a protestar por la inflación, la escasez y la inseguridad. Pacíficamente. Sin provocar. Es decir, como nos digan y donde nos digan. Suena bien, ¿no?

Pero el país explotó. Marchas, barricadas de todo tipo, estudiantes en la calle, furia y frustración. Una represión a la que las palabras "brutal" y "salvaje" le quedan cortas, a cargo de una Guardia Nacional que la abraza gustosa y le arregla el mismo disfrute a grupos hamponiles armados y movilizados expresa y delincuencialmente por el Gobierno para aplastar las protestas. Veintiún muertos. Centenares de heridos. Más de mil trescientas detenciones. Manifestantes y estudiantes torturados, presos o privados judicialmente del derecho a protestar. Y preso también uno de los principales líderes de la oposición, simplemente por convocar a protestar "pacíficamente" y a buscar una salida "constitucional".

¿Y el Gobierno? Desencajado, desnudo ante el mundo en toda su perversión represora, usando todo género de violencia para acallar un movimiento que parece fortalecerse y brotar con más fuerza con cada palo, bombazo o tiro que recibe. ¿Y Maduro? Defendiéndose de un "golpe de Estado en marcha", cacareando conspiraciones gringas y atentados fraguados desde las sombras por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe. Parece asustado. Clausura un canal internacional de noticias y bota a CNN; recibe a CNN nuevamente y concede una entrevista cómica a la entrevistadora estrella de ese canal, quien pareciera no poder contener la risa ante las bufonadas que provoca en el entrevistado. Responsabiliza a Obama de lo que está pasando, expulsa varios diplomáticos de EEUU y acusa a Panamá de ser un país lacayo de los gringos. Rompe relaciones con Panamá, pero designa un nuevo embajador en Washington y pide que se restablezcan los lazos diplomáticos con el imperio que maneja al títere panameño. Cantinflas en ejercicio. Mientras tanto, las protestas y la represión siguen en todo el país. Maduro llama a una conferencia de paz con los que llama "fascistas" ¡fascistas, vengan acá! mientras rocía el país de lacrimógenas, perdigones y balas. Algunos oficiales se han negado a reprimir y están detenidos. El Gobierno se retrata condecorando la saña de los que sí reprimen y alabando la labor de los paramilitares. Hasta Madonna lo tilda de fascista. De verdad, ¿le interesa todo esto al Gobierno? ¿Nos puso un peine?

Una parte importante de la dirigencia de lo oposición piensa que sí. Nos dice que no pisemos ese peine. Se toma el trabajo de criticar públicamente las barricadas: no son buenas, estimulan la violencia, impiden que la gente vaya a trabajar, antagoniza a los sectores que queremos conquistar. A veces lo hace mejor que el mismo Gobierno. Y es que va contra la receta. Esa que llama a protestar solo por la inflación, la escasez y la inseguridad. La que suena bien. Mejor hablar duro contra el Gobierno, con comunicados bien contundentes, enérgicos, bien bravos. Pero nada de acciones de calle que no sean donde nos las permitan. Tranquilos todos. Así nos atraemos a los que les molestan las barricadas. No importa que estemos diciendo nosotros mismos lo que dice el Gobierno: que se trata de acciones violentas, de grupos de la clase media-alta, de corte fascistoide un dirigente de la oposición habló del fascismo de ambos lados y que atentan contra las libertades de las mayorías. Pero, me pregunto yo, ¿quién es el que puso el peine? ¿Quién lo pisó? Huele a Chacumbele. Y huele mal: ¿quién le responde al Táchira o a Mérida? ¿Quién, a la madre de un estudiante muerto? Veintiún muertos. Pero hay que regresar a protestar contra la inflación, la escasez y la inseguridad, cuando, donde y como nos deje el Gobierno. Tratemos de que rectifique para que bajen los precios, regresen los productos a los anaqueles y el hampa se porte bien. Ése es el llamado: rectifique señor Maduro. Si no lo hace, váyase. Usted mismo. Nosotros, tranquilos. La paz primero. Tómese su tiempo. Ya cumplimos con pedírselo.

La receta

Pero regresemos a la receta. La receta estaba bien para un escenario electoral de corto plazo. Hasta funcionó: fuimos a unas elecciones presidenciales, que ganamos, para luego ver cómo se disolvía el triunfo en protestas de fraude y retrocesos del liderazgo. Pero ahora las elecciones no solo se ven remotas en el tiempo sino aún más ilusorias en cuanto a resultados. El Gobierno aplasta la disidencia y persigue abiertamente a quienes informan. Los periodistas están sitiados. La prensa escrita se encuentra en artículo de muerte. El último canal de televisión independiente fue vendido a la obsecuencia. Otro canal no se atreve a transmitir la entrega de los premios Óscar por miedo a que se diga algo sobre Venezuela. El espectro radioeléctrico es eso: un espectro, la sombra de un fantasma derrotado, cuando no convertido en agente de propaganda del régimen. Unas elecciones en ese contexto no son posibles. Pero, si es que lo fueran, estarían en manos de un CNE convertido en el alcahuete principal de un gobierno que solo conoce la trampa y el ventajismo, y un Plan República administrado por una "Fuerza Armada Bolivariana y profundamente chavista", como ella misma altaneramente se califica mientras masacra y tortura manifestantes. Y es que no puede pensarse en elecciones libres en un país en donde el autoritarismo acabó con la separación de poderes, hasta el punto de que jueces y magistrados corean de viva voz consignas chavistas en los actos protocolares, y los encargados del llamado Poder Moral solo se ocupan de lavarle la cara al Gobierno. Se trata de un sistema en el que las circunscripciones electorales se diseñan para que, con el 48% del voto popular, el oficialismo quede con el 60% de los diputados a la Asamblea Nacional. Y donde ese 60% de diputados no contentos con su ilegítima mayoría inhabilita a los diputados de la oposición cada vez que le viene en gana, empleando esa mayoría simple y volándose el elemental requisito constitucional de la mayoría calificada para la inhabilitación de parlamentarios.

Resulta obvio que la película cambió. Con ella, debió cambiar también la receta seguida por la oposición. El Gobierno pasó de un autoritarismo disfrazado, engañoso y, al mismo tiempo, efectivo, que permitía procesos electorales amañados pero manejables, a un totalitarismo descarado y represivo, en donde tales procesos no se ven posibles. Al régimen no le fue suficiente domeñar de manera absoluta todos los poderes y prostituir el rol constitucional de la Fuerza Armada ahora, "profundamente chavista" , tuvo también que terminar de reconocer como suyos al paramilitarismo y al hamponato, armándolos y llamándolos abiertamente a colaborar en el aplastamiento de la disidencia, por la vía de las armas y la intimidación paraestatal. Como ha dicho un sector de la dirigencia política, ¿no estamos ahora frente a una dictadura fascista? ¿Tiene sentido seguir aplicando una receta concebida para escenarios electorales libres, cuando tales escenarios son anatema para el régimen? La receta dice: protestemos por la inflación, la escasez y la inseguridad. ¿Cómo limitar a esas banderas el objeto de la protesta, cuando precisamente lo que está en juego es el derecho mismo a protestar?

El peine

El peine donde está es en la política de apaciguamiento de la protesta. Se trata de una protesta valiente, justificadamente rabiosa, equivocada a ratos, pero de una fuerza incontenible y que sólo se explica en que ya no se aguanta además de la inflación, la escasez y la inseguridad al régimen que es responsable de estos males, al totalitarismo que lo caracteriza y a la violencia con que procede. Este sentimiento requiere de un liderazgo que se coloque al frente de la protesta, que se haga presente allí donde ésta se manifiesta, que acompañe a los estudiantes en retar la autoridad y la legitimidad del Gobierno, sin el complejo de antagonizar ciertos sectores de la población. Algunos de estos sectores, ciertamente, desean que se acaben la inflación, la escasez y la inseguridad; además, son los que más tienen que perder involucrándose directamente en la protesta. Y es que son los más fáciles de reprimir los más vulnerables a los grupos paramilitares y los más débiles económicamente, por lo que no se les puede exigir que se pongan a la cabeza de las protestas. Tienen demasiado que perder. Los paramilitares y hasta la Guardia Nacional disparan contra sus viviendas cuando apenas cacerolean en contra del Gobierno. Pero muchos de ellos saben después de 15 años de dónde vienen sus males y quiénes son los malandros que los controlan. En el contexto en que nos encontramos, cabe preguntarse si una oposición apaciguada, protestando contra la inflación, la escasez y la inseguridad, en términos no confrontacionales, va realmente a conquistar esos sectores. Más bien habría que preguntarse qué pasaría si todo el liderazgo opositor se pusiera a la cabeza de la protesta que ya está vigorosamente en la calle . ¿Es impensable acaso que esos sectores vulnerables empezaran a ver el efecto liberatorio de lo que significa que haya una "salida" a lo que les agobia? No es casualidad que el dirigente más temido por el Gobierno es el que llama las cosas por su nombre, hasta el punto de tenerlo preso. Y no es absurdo pensar que ese líder, acompañado de los que vienen predicando la misma tesis y han tenido la visión y la valentía de sumarse a la protesta, sean quienes, al final, prevalezcan y logren que las masas los sigan.

Juegan

Cuando los muchachos se la juegan. Cuando se arriesgan a que los maten, los malogren o los metan presos. Cuando la sociedad civil los acompaña. Cuando el movimiento crece en vez de rendirse ante la violencia oficial y paramilitar. Cuando resulta obvio que la fuerza que los impulsa va muchísimo más allá de la impotencia frente a la inflación, la escasez y la inseguridad. Cuando esas protestas descalabran la capacidad de respuesta del Gobierno. Cuando la opinión pública internacional empieza a solidarizarse con lo que se está levantando en Venezuela. Cuando resulta posible vislumbrar que al Gobierno se le haga imposible reprimir hasta el punto de meter a media Venezuela presa. Cuando, en suma, se despierta una voluntad de lucha que no se conforma con una espera sin esperanza, el liderazgo tiene que despertar. No son tiempos de apaciguamiento. Son tiempos en que los líderes deben dar el ejemplo. Gandhi y Luther King nunca abandonaron las consignas de no violencia con que levantaron sus respectivos movimientos. Pero exigían sus derechos en sus propios términos, no en los términos de las fuerzas que los reprimían. Se colocaban al frente. No disparaban un tiro, pero retaban a la autoridad y se exponían a la violencia, igual que sus seguidores. Estaban de primeros a la hora de recibir palos y tiros, o de caer presos. Y llegó el momento en que los agentes de la violencia no pudieron seguir reprimiéndolos.

No pisen ese peine, nos dicen. Pero ¿no será que el peine es otro? ¿El de transmitir la idea de que la represión puede con todo? ¿De que candelita que se prende, candelita que se apaga, y mejor la apagamos nosotros mismos? ¿De que no se puede retar al Gobierno porque te aplasta? ¿De que el liderazgo de la oposición tiene que ser "responsable"? ¿De que nosotros mismos digamos lo fascistas que son las trincheras? ¿De que hay que calmar la cosa? ¿De que lo más que me aceptan es protestar por la inflación, la escasez y la inseguridad, en términos que no molesten al Gobierno? ¿De que no hay nada que hacer? No hay mejor peine desde el punto de vista del Gobierno que el peine de la desesperanza y de la inacción. El peine de que no puede protestarse lo que de verdad está en juego. El peine de que la represión y el amedrentamiento funcionan. El peine de que pedir una "salida" es radical y no nos "conecta". El peine de la anestesia. El peine de que no se cuestione el totalitarismo. ¿Cuál es el peine, entonces? ¿Quién lo puso? ¿Quién lo está pisando?

Liderazgo

El liderazgo opositor todavía proclive a aplicar la receta de la película anterior ha demostrado, en el pasado, ser un liderazgo valiente y comprometido. Con errores y aciertos ha acumulado un capital político nada despreciable. En lo personal, puedo afirmar que le estoy profundamente agradecido por lo que viene haciendo por el país. Pero es importante que capte el cambio de paradigma y reaccione. Todavía se encuentra a tiempo de rectificar e imprimirle coherencia a la protesta. Pero eso pasa porque se mantenga el espíritu retador y desafiante del movimiento de calle, y se le acompañe activamente no tras bastidores y en abstracto en la defensa contra la represión, sin ceder el espacio conquistado por la protesta. También pasa por llamar las cosas por su nombre, que es convocar para que no se tolere el totalitarismo y se ponga fin a éste, cuestión que por cierto no es más que el restablecimiento de un orden constitucional pisoteado.

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